viernes, 7 de enero de 2011

ADINA CHELMINSKY EN SU COLUMNA EN EXCÉLSIOR HABLANDO DE DINERO Y MUCHO MÁS.


Amarás a tu cliente como a ti mismo
El Vie, 01 de Febrero de 2013
por Adina Chelminsky

Es la regla de oro de los negocios. No importa si vendes productos o si ofreces servicio. Si tu negocio es el más antiguo del mundo o si ofreces productos de vanguardia. Si tu cartera es de una o un millón de personas…El servicio que le das a tu cliente es la piedra angular de tu negocio.

Tu factor de diferenciación más importante y la manera en que lo proveas puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Algunos datos:

91% de los clientes insatisfechos nunca te volverá a comprar.

Por cada cliente que expresa su queja hay 26 que permanecen callados.

70% de los clientes insatisfechos regresarán a una empresa que resuelve el motivo de la queja.

96.7% de los clientes insatisfechos nunca da a conocer a la empresa su molestia.

Los clientes satisfechos le platican a seis personas su experiencia positiva; los clientes insatisfechos la platican a 15.

70% de las razones de las quejas de los clientes no tienen que ver con el producto, sino con el servicio.

Cuesta cinco veces más conseguir un nuevo cliente que mantener a un cliente existente.

En promedio, los negocios pierden entre 10-30% de su clientela cada año.

79% de los consumidores mexicanos están dispuestos a pagar más por un servicio de excelencia.

45% de los consumidores consideran que las empresas no cumplen sus expectativas.

20% de los consumidores mexicanos no haría negocio con una empresa que le brinde mal servicio.

94% de los clientes ven afectada su percepción de una empresa debido a una mala experiencia.

63% de los consumidores están dispuestos a probar una nueva marca con tal de tener un mejor servicio.

89% de los consumidores mexicanos ha cancelado una transacción por mal servicio.

55% de los consumidores elige una empresa por su reputación de buen servicio.

55% de los clientes recomienda una empresa por el servicio antes que por el producto.

58% de los clientes abandona una empresa que no atendió sus quejas de manera expedita.

49% de los clientes insatisfechos regresa a una empresa si tiene evidencia de que el servicio ha mejorado.

¿Así o más clara el agua? El ofrecer buen servicio e invertir en los medios, métodos y personas para proveerlo no es un “plus” del negocio, es una primera necesidad.

Las empresas nacientes (sobre todo las que se enfocan en productos y no en servicios) muchas veces postergan o dedican poca atención a este tema en particular y esto es un craso error.

Un cliente satisfecho es un cliente leal y un cliente tiene las tres características que necesitamos para cimentar el éxito de nuestra empresa: Regresa, recomienda y gasta más.

¿Cómo conseguir clientes satisfechos y leales? He ahí el problema. Más que un listado de datos duros, el poder conseguirlo es una mezcla de ciencia y de arte, de encontrar lo que dice la teoría, pero adaptarlo en la práctica a lo que mi negocio en particular (y a veces cada una de las sucursales o sectores de clientes) necesita.

No es un tema fácil, pero es un tema fundamental e ineludible. Mucho tiene que ver con oír al cliente y mucho tiene que ver con la capacitación que tiene nuestro personal de primera línea.

Sobre esto hablaremos mucho. Basta ahorita quedarse con el sabor de boca de las estadísticas para recapacitar si tenemos, o no, que hacer un cambio en nuestra empresa.

                adinachel@gmail.com
                @AdinaChel











Empieza a parecer Navidad
El Vie, 23 de Noviembre de 2012
 por Adina Chelminsky

Empieza a parecer Navidad (Primera parte de II)
Mal estaba Shakespeare, la pregunta existencial (en estas épocas pre decembrinas) no es ¿ser o no ser?, sino ¿regalar o no regalar a mis clientes?

Como bien lo platicamos la semana pasada, en algún momento después del Buen Fin empiezas a pensar en los regalos navideños. Tanto en lo que se refiere a las nuevas tradiciones navideñas, que las nuevas empresas quieren fomentar internamente, como a los regalos para dar a clientes, la forma es fondo.

La Navidad, y sus regalos y atenciones, ofrecen un pretexto magnífico para estrechar lazos con los clientes actuales, con los clientes que perdimos y que queremos recuperar (o por lo menos recuperar su curiosidad) y con clientes potenciales que hemos estado cortejando.

Sin embargo, regalos son sinónimo de gasto y gasto es sinónimo de dolor de cabeza. Más difícil que encontrar el regalo perfecto para un niño, es encontrar el regalo perfecto para un cliente, que se adecue a las posibilidades de la empresa y no se pierda en el montón de libretas y agendas que otros regalan.

¿Cómo y qué regalar a los clientes esta Navidad?

Hasta Santa Claus tiene un presupuesto: Recuerda, no es cuánto QUIERES regalar, sino cuánto PUEDES regalar. Antes de cualquier cosa verifica en tu bolso financiero cuánto es lo que puedes gastar en los regalos a tus clientes. Parte de ese número como tope.

Haz una lista y revísala dos veces: Cierto, todos quisiéramos regalar a todos los clientes habidos y por haber, pero el presupuesto entra en juego. Si el regalo que vas a hacer implica un desembolso, cuida muy bien a quién y por qué vas a regalar.

Dirígelo bien: Se muy cuidadoso a quien o a quienes dentro de una gran empresa envías el regalo. Por lo general es de buen gusto enviar el regalo a la persona que es con la que mayor trato tienes y no a la de mayor jerarquía.

Sal a comprar ¡YA!: Al igual que con el resto de los gastos navideños, tu mejor aliado es la planeación y la antelación. Regalos comprados y enviados con prisa no sólo salen más caros, sino que también se pierden en el trajín de regalos navideños.

Al igual que con el resto de los preparativos navideños: Designa un tiempo y un encargado específico a la labor de planeación, para que no se vuelva un tema que consuma el tiempo y la energía de todos en la oficina.

¿Qué regalar? La pregunta de los 64 mil pesos. Usar la imaginación te puede ahorrar muchos pesos y te puede ayudar a enviar un regalo que realmente resalte y denote el espíritu de tu empresa. Regalos ocurrentes, bien pensados, personalizados son generalmente muy bien apreciados y recordados.

Un regalo especial: En lo particular el mejor regalo que puedo recibir (y lo que daremos nosotros este año y todos los demás años) son donativos a organizaciones civiles a nombre de los clientes. Muchas organizaciones sociales te realizan cartas o certificados en donde denotan que tú o tu empresa realizaron un donativo a nombre de tu cliente, incluyendo o no la cantidad. El donativo muchas veces es menor de lo que gastarías en cualquier otro regalo.

En un país como México, con tantas necesidades en todos los frentes, creo yo, que estos son los regalos más valiosos.

Algunas de mis empresas favoritas que pueden realizarte este tipo de donativos:

Niños Iluminan México. Una organización que se dedica a construir y mantener guarderías y salones de educación Montessori para niños en situación de extrema pobreza. www.iluminamexico.org.mx

ProNiños de la Calle, que se dedica a ofrecer soluciones de vida digna a los niños que viven en la calle en el Distrito Federal, con un modelo de atención muy bien pensado. www.proninosdelacalle.org.mx

Y nuevamente reitero el punto… el verdadero espíritu navideño. Y sí, es cierto que a veces nos perdemos en la fiebre de la celebración y del gasto, pero nada sustituye el atesorar el verdadero fondo de estas fechas. Una carta personal a tus clientes, una llamada telefónica o un mensaje con una frase o un poema muchas veces es más atesorada y recordada que cualquier regalo…

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El vendedor más grande del mundo

por Adina Chelminsky. 9 de noviembre


Puede ser que de poeta y loco, todos tengamos un poco. Pero si vas a emprender un nuevo negocio, tienes que tener también un poco (¡un mucho!) de vendedor.

Y no, no necesariamente porque tu trabajo sea venderle a tus clientes, aunque si no eres hombre orquesta, de seguro lo tendrás que hacer, porque al abrir un nuevo negocio te vas a tener que vender a ti mismo ante socios, bancos y proveedores…

A todos ellos los vas a tener que convencer no sólo de que tu producto o servicio vale la pena y tiene un futuro rentable… y de paso vender la idea de que tú eres la persona ideal y adecuada para llevar ese negocio al éxito.

Te vas a tener que vender ante tus nuevos socios, sobre todo si ellos no están involucrados en la operación diaria, dándoles certidumbre y tranquilidad de los pasos, muchas veces trepidantes, que se dan; te vas a tener que vender ante los bancos, inversionistas, financiera u otros prestadores de dinero para poder acceder a créditos y te vas a tener que vender ante tus proveedores para poder acceder a la confianza que se traduce, entre otras cosas, en crédito comercial.

Vender y venderse no es una tarea fácil. Depende de una mezcla de seguridad y humildad, que es muy difícil de conseguir en la dosis correcta.

Una persona demasiado humilde puede parecer letárgica y servil; una persona demasiado segura de sí misma puede parecer engreída.

Ser el vendedor más grande del mundo, porque te tienes que vender a ti mismo y la competencia que enfrentas en el anaquel de emprendedores es brutal. Tienes que

Forma es fondo: el ser un emprendedor desaliñado y fachoso sólo funciona en la película La red social. Cierto, a nadie le importaba que Zuckerberg fuera una garra… pero seamos sinceros, no somos Zuckerberg. ¿Quieres venderte a ti mismo? Necesitas una apariencia ordenada, limpia y seria. Esto no implica traje negro y corbata, pero sí poner un poco de atención a tu apariencia. Ropa limpia, fajada, discreta y una apariencia presentable (piensa en lo que tu abuela te decía de niño/a) son las armas indispensables para dar una buena primera impresión.

Modales de negocios: No menosprecies las pequeñeces. Sobre todo si son pequeñeces que hablan de la confianza que tienes en ti. Un apretón de manos fuerte y seguro, ver a la gente a los ojos, escuchar atentamente sin interrumpir y aprender a hablar en público, incluso si tienes que tomar algún curso en este sentido, son armas imprescindibles. No importa que a veces te mueras de miedo en alguna situación, el parecer “en control” te puede ayudar a retomar el control.

Información es poder. Antes de ir a cualquier junta o reunión con un proveedor, cliente o inversionista, tienes que tener información, lo más completa posible, en tres sentidos:

1) Averigua un poco sobre esta persona (Google, LinkedIn e incluso Facebook son excelentes maneras de empezar): su formación, sus gustos, amigos o conocidos comunes, experiencia profesional. No se trata de stalkear a la persona, simplemente de conocerla y encontrar coincidencias que puedan servir de puente.

2) Conoce lo más posible el campo de la persona. Si es un cliente, ten a la mano la máxima información posible sobre el sector y el negocio en particular (incluyendo la competencia real o potencial que enfrentas); si es un proveedor, conocer las opciones que tienes. Esto te permitirá ser mucho más acertado en tus comentarios, además de demostrar el interés que tienes en la persona que te hizo tomarte el tiempo para aprender sobre él.

3) Sé un experto de lo que vas a vender. Si vas a ver a un cliente, sé el maestro de lo que vas a vender. Si vas a ver a inversionistas potenciales, ten a la mano toda la información financiera que puedas…



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Lo que, al emprender,
les quiero enseñar a mis hijos

El Vie, 02 de Noviembre de 2012
por Adina Chelminsky

La primera lección del “Manual Indispensable para Padres Exitosos” (Ése que no existe, pero que todos los que somos padres seguimos, sin pena de condenar a nuestros hijos al diván del psicoanalista) dicta que tenemos que enseñar con el ejemplo que nuestros hijos ven y copian más de lo que escuchan.

Además de las razones económicas, sicológicas y sociológicas que me han empujado a abrir una nueva empresa, también están las lecciones que le quiero dejar a mis hijos.

El emprender no es un camino que asume la persona que abre el negocio por sí sola, de corbata se lleva a su familia. En un principio la nueva empresa, tal como un bebé que nace, absorbe el tiempo, la atención y la vida del emprendedor.

Con la pareja puede (¡debe!) existir un proceso de diálogo sobre lo que esto implica, pero con los hijos es diferente.

Por más que se les explique que “mamá/papá va a abrir un nuevo negocio” el cambio en la rutina y la dinámica de la casa cambian de manera importante, cambios que pueden tener que ver con la parte económica de la casa o con la disponibilidad de tiempo de los padres.

No es que las cosas “cambien para mal”, pero definitivamente la normalidad se vuelve diferente.

Creo, quiero creer, que cuando un padre se arma de valor y emprende un nuevo negocio, los hijos perciben lecciones importantes. En mi caso, más allá de la locura diaria y de las ausencias, espero que mis tres hijos se queden con estas lecciones y que, en algún momento de su vida, les puedan servir… Espero no caer mucho en clichés o lugares comunes:

La vida es cuestión de valor…Vivir en la zona de confort es, a fin de cuentas, venderse muy barato.

No importa cuánto tengas o cuánto creas haber logrado, hay veces que tienes que empezar desde cero… Y esto, implica una enorme humildad.

No importa si tienes 14, 24 o 40 años… siempre tienes que continuar aprendiendo. Incluso cosas que pensaste nunca poder, o querer, aprender.

-Pocas cosas hablan tan bien de ti como tener buena ortografía. Aun en los chats o texts. Puedes ser un genio, pero si escribes o redactas mal, estás perdido.

Si por mucho madrugar amanece más temprano… La suerte la reparten bien tempranito en la mañana. No hay valor más importante en la vida que el valor del compromiso hacia el trabajo.

Hay cosas que están fuera de tu control. Y hay veces que, por más que trates, las cosas no van a salir como tú quieres que salgan… Y en esos casos, lo único que queda es levantarse, sacudirse, aprender la lección y seguir adelante.

A veces las cosas salen mal no porque haya un complot global en tu contra, sino porque tú te equivocas. Metes la pata. La riegas garrafalmente. Aplica la misma solución que en el punto anterior.

Está bien llorar (sentado, no tanto como lloro yo), pero una lágrima de frustración o tristeza es, a veces, necesaria.

Si no lo aprendes en la escuela, necesitas aprender en la vida a ser un buen vendedor y un buen orador.

El aprender a hacer equipo debiera ser un sacramento.

Si tienes la suerte de emplear a más gente, tu primer compromiso es con ellos. El primer punto de éxito real de un emprendedor es el poder emplear y dar una fuente de empleo de largo plazo a más personas.

Para emprender, y en la vida en general, necesitas un buen equipo de apoyo. Nadie puede hacer todo por sí solo. Construye uno (sean familiares, amigos, empleados…) y agradécele a Dios todos los días de tu vida (y a ellos de vez en cuando) el papel que juegan en tu vida.

Y por último, no importa cuán exitoso seas en tu negocio, la riqueza más importante que puedes acumular son las caritas sonrientes que ves llegando a tu casa… Todo el esfuerzo del día de trabajo vale la pena cuando oyes al llegar a la casa: “Ma ¿cómo te fue hoy en el trabajo?” (Aun cuando esté seguido de… necesito que me vayas a comprar cosas a la papelería”).



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Utilidad vs. efectivo

 26 de Octubre de 2012
por Adina Chelminsky

La utilidad es una opinión, el efectivo es un hecho.         
                Warren Buffett

“¿Cuál es la diferencia entre teoría y práctica?” -Le pregunta Pepito a su papá.

“Mira hijo, ve con tu mamá y tu hermana, y pregúntales si se acostarían con el vecino si les pagara un millón de dólares”. Así es que Pepito va con su mamá y le plantea la opción. Grita ella horrorizada “¡Pepito! ¡Jamás! ¿Qué clase de mujer crees que soy..? Pero mira, tu papá trabaja tanto y me gustaría ayudarlo… quizá irnos de viaje y mandar a ustedes a la universidad… Por un millón de dólares lo haría”.

Va después con su hermana y recibe una respuesta similar. Regresa Pepito con su papá y le platica los resultados de sus preguntas. Su papá le contesta: “Ahí tienes la diferencia entre teoría y práctica: teóricamente tenemos dos millones de dólares, prácticamente tenemos un par de mujerzuelas en la casa”.

Cuando uno empieza un negocio, el énfasis se vuelve la utilidad. Los números buscados como metas se centran en los márgenes y el estado de resultados. El punto de equilibrio se vuelve algo así como el Santo Grial.

Si las cosas marchan bien, los clientes empiezan a llegar, las ventas empiezan a despegar, los engranes de la producción se aceleran, el trabajo se duplica y el punto de equilibrio empieza a parecer cada día más cercano… Y un día te das cuenta de que están en la posición de Pepito en el chiste: teóricamente tienes un gran negocio, prácticamente no tienes dinero en la chequera.

Y ningún negocio es bueno en papel si no tiene el sustento del efectivo. Así como el cuerpo humano necesita sangre para funcionar, los negocios necesitan del flujo constante e imparable de dinero para poder operar.

En ciertos momentos del negocio y bajo ciertas circunstancias son necesarias las aportaciones de los socios o el crédito. Pero para el día a día el nuevo negocio debe sostenerse de lo que genera. El primer punto de equilibrio de un negocio (algo así como la transición del bebé al niño) es el momento en que los gastos operativos fijos pueden ser cubiertos por los ingresos.

Para un negocio que empieza tan importante como la utilidad es la liquidez, que esos ingresos teóricos se cristalicen en efectivo contante y sonante. Esto depende, sobre todo, de ciertas cosas:

Que la proyección de ingresos esté hecha tomando no el momento de la venta, sino el momento del pago. Conocer bien las políticas de pago de cada cliente (“a los 15 días de recibir la factura… el primer lunes del mes”) para poder presupuestar de una manera más realista la cantidad de dinero que recibe el negocio y, con esto, planear y estructurar de manera congruente los gastos que se van a hacer. Es muy emocionante poder decir “este mes vendí mil pesos”, pero este es un dato irreal si no se toma en cuenta cuánto se cobró. Más importante que el estado de resultados, por hablar en términos contables, es el estado de flujo de efectivo.

Un buen control sobre la cartera. Uno de los parámetros más importantes que tiene que estar diario en el radar de cualquier nuevo empresario son los números de la cartera vencida. Cuánto dinero se nos debe. Cuánto de este dinero es corriente… cuánto de este dinero tiene entre 30 y 60 días vencido… cuánto lleva más de 60 días… qué cuentas están retrasadas por cuestiones administrativas y cuáles porque hay un problema adicional.

Tener una política de cobranza estructurada y férrea. Qué hacer si un cliente no me paga después de un plazo determinado. Y no, no me refiero a emprender acción legal, no a ir a recoger la mercancía (un acto de suicidio para un negocio naciente) sino de los procesos internos para agilizar la cobranza.

Ustedes, lectores, ¿qué opinan?, ¿creen que “el efectivo es el rey”? y si sí, ¿que ideas tienen para que fluya de mejor manera?

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Hay que quejarse




Con el ímpetu de mejorar el servicio, esta mujer lanza Feedbox México, una compañía para que las empresas escuchen a sus clientes.

Por Regina J. Reyes H. / foto: Arturo Sotelo

Cada domingo, Adina Chelminsky iba al súper con uno de sus tres hijos. Según ella, al que le tocaba acompañarla se sentía especial “porque lo dejaba comprar lo que quería”. Cuando empezaron a no desear ir con ella, les preguntó qué pasaba. “Mi hijo mediano me dijo: ‘¿No te das cuenta de que siempre te quejas de todo?’”

Entonces la contactaron de Feedbox Israel, una empresa de soluciones para medir la satisfacción del cliente. Buscaban un socio y distribuidor en México. No lo dudó. Dejó la mayoría de sus actividades como experta en finanzas, ámbito en el que se desarrolló durante 11 años, para enfocarse en su nueva responsabilidad como directora de inteligencia de negocios de Feedbox.

Se asoció con Abraham Safdie, hoy director general, y en ocho meses lograron que 35 empresas se volvieran sus clientes, entre ellas, en Santa Fe: Sports World, Steren, Círculo K y varios comedores industriales. Feedbox se traduce en una consola en la que el cliente, en punto de venta, responde a preguntas apretando botones con caritas de satisfacción o tristeza. Esta información se manda en tiempo real a la empresa; adicionalmente, se generan reportes diarios y semanales.

Además de ser mamá y emprendedora, Adina es columnista de finanzas y ha publicado tres libros, entre ellos Cabrona y millonaria. Hoy, su reto es triple: emprender un negocio, introducir un nuevo producto y cambiar la cultura de servicio. “Nunca he llegado a mi casa tantas noches llorando y me he levantado tan feliz de ir a trabajar”. 









La vida después de la empresa

El 19 de Octubre de 2012
por Adina Chelminsky

Tu nueva empresa es el alfa y el omega. El principio y el fin.

Asumimos que si tiene éxito, nuestro negocio nos va a permitir no sólo vivir un presente mucho más holgado, sino tener un medio para sostenernos en nuestros años dorados. La idea de todo emprendedor es que al retirarse de la empresa (si es que alguna vez se retira) sus “acciones” en el negocio le van a permitir tener el dinero necesario (o por lo menos una parte) para vivir en estos años.

Además, el emprendimiento es un deporte que consume tanto tiempo que dejamos de pensar en dos variables: nosotros y mañana (a favor del negocio y hoy) por lo que los planes de ahorro para el retiro quedan olvidados.

Complicando más la situación la deducción automática que nos hacía nuestro empleador pasado destinada a la afore, generalmente se reduce o pone en pausa dado el nuevo nivel de ingreso o nulo ingreso que tenemos los primeros años.

Craso error

Independientemente del éxito que pueda llegar a tener el nuevo negocio es vital (y por vital me refiero a una cuestión de vida) que tus planes de ahorro para el retiro estén vigentes y contribuyas a ellos.

Aun cuando pienses salir a Bolsa con tu empresa y recaudar billones de dólares (¿y si no?) es fundamental tener organizadas las finanzas para el retiro.

No sólo por tranquilidad personal, sino también por tu propiedad en el negocio. No vaya a ser que en un futuro tengas (a diferencia de quieras) que vender tu negocio por no tener ahorros para solventar tu retiro.

Ya sea vía aportaciones adicionales voluntarias a tu cuenta de afore (si es que tuviste un recorte fuerte o total de tu salario) o estableciendo un Plan Personal de Retiro es inminente seguir aportando a estas cuentas de ahorro.

Si cesaste tus aportaciones a tu plan de retiro… o si nunca le has dado mucha importancia, éste es el momento de comenzar.

1. Para descansar tranquilo hay que vivir informado. Probablemente vivas más de 20 años retirado, por lo que éste no es un tema que puedes tomar a la ligera o dejar librado a la opción más fácil. Investiga y compara lo que te ofrecen tanto las diferentes afores como las otras instituciones que ofrecen productos para el retiro y elige la opción, o la mezcla de opciones, que más se adecue a tu perfil. De todos los instrumentos que contrates, averigua perfectamente bien sus particularidades, desde dónde debes depositar y cuáles son las comisiones, hasta cómo te van a pagar al momento de retirarte.

2. No sólo de ahorros vive el hombre. Es indispensable que todo plan de retiro esté acompañado de un seguro de gastos médicos mayores que te ayude a solventar cualquier necesidad médica. No contar con la protección adecuada es un carísimo error. Los costos médicos se han disparado en los últimos años y pagar un accidente o una enfermedad puede llegar a desfalcar aun la mayor fortuna. Los seguros de gastos médicos te permiten vivir con la tranquilidad de que, en caso de requerirlo, vas a tener el cuidado adecuado sin la preocupación de pensar cómo lo vas a pagar. Eso sí, no esperes a llegar a la edad de tu retiro para contratarlo: cuanto más joven seas al asegurarte, mayor antigüedad podrás acumular en tu póliza.

3. Tres palabras: Rendimiento, Comisiones y Servicio. Tanto la elección de tu afore como la de cualquier otro proveedor de instrumentos para el retiro debe estar tomada con base en estos tres parámetros. Mayores rendimientos y comisiones competitivas que maximicen la cantidad de dinero que vas a recibir en el futuro, y el mejor servicio y atención para poder atender y resolver cualquier duda o problema que pudieras tener.

4. No estás atado. Recuerda que cambiar de una afore a otra es posible y sencillo; sin embargo, no es recomendable hacerlo con demasiada frecuencia. Antes de decidir qué afore elegir o a cuál cambiarte, investígala bien y sopesa si se adecua a tus necesidades. Recuerda que todas las afores tienen años mejores que otros en cuestión de rendimiento, no busques siempre estar en la número uno, simplemente en una que se ubique, consistentemente, entre las mejores del mercado. Cambia con el tiempo. Sea cual sea la estrategia, o combinación de estrategias, que elijas para planear tu futuro, recuerda que ésta tiene que ir cambiando con el tiempo. Entre más se acerque la edad de tu retiro, más conservador debe convertirse tu portafolio (algo que ocurre automáticamente con las afores, pero debes cuidar en cualquier otro esquema).

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Cuando cosas malas le pasan a empresas buenas
El Vie, 12 de Octubre de 2012, 03:17 am, por Adina Chelminsky
La primera gran crisis que enfrenta una empresa. Es el fin del comienzo. El bautizo de fuego. El momento en donde tu nueva empresa se gradúa del mundo ideal al mundo real. El paso doloroso que todas las empresas, lo quieran o no, más que temprano que tarde, dan.

Ese gran problema inesperado en forma o en proporción que te quita el aliento. Te deja al borde de las lágrimas (algun@s cruzamos ese borde) y te hace dudar si tu empresa va o no a sobrevivir.

Al empezar un nuevo negocio todos tenemos calculados ciertos riesgos o visualizados ciertos problemas que, sabemos, pueden llegar a pasar.

Pero la regla de los negocios es que los problemas siempre vienen de maneras inesperadas: Sea un producto que llegó chueco o un proveedor chueco o un cliente que decide “siempre mejor ya no…” las variables son muchas.

Irónicamente lo que mata a los negocios no son estos problemas, sino la manera en que reaccionamos ante ellos. La presión abunda y los tiempos de reacción se vuelven muy cortos, lo que incrementa la posibilidad de equivocarse. Una mala reacción o un paso en la dirección incorrecta pueden ser tan perjudiciales como el problema en sí.

1. Guarda la perspectiva. Ni eres tan “fregón” como te sentías en el segundo antes de que la crisis estallara ni eres tan fracasado como te sientes en este momento.

2. No hagas caso a la teoría. Muchas veces los planes de acción recomiendan pintarte el “peor escenario posible” para estar preparado para el extremo. En un momento de crisis el peor escenario que te puedes imaginar es cataclísmico. Olvídate de él.

3. Cuidado con el flujo de información. Lo que mata a las empresas en estas situaciones no es la operación, sino el mal manejo de la información. Ante un problema con un proveedor (que puede parecer sin solución) muchas veces es tentador hablarle al cliente a decir que no se le va a poder entregar la mercancía, pero muchas veces esta comunicación adelantada genera un problema mayor. La línea entre ser abierto con el cliente y meterte el pie es muy delgada. No hay reglas generales, pero antes de decir cualquier palabra lleva estos puntos en mente.

A) Sé proactivo, no te esperes a que un cliente hable para decir que hay un problema, anticipa tú la llamada. B) No mientas, pero tampoco ofrezcas información que no te solicitan. Sé preciso y puntual en tus respuestas. C) No te comprometas a nada que no puedes cumplir. En medio de una crisis es tentador encontrar una solución fácil, pero vigila que sea una que realmente puedas llevar a término. D) Mantén a todo tu equipo en la misma línea. Tan importante como la comunicación externa, es la interna.

4. Admite errores… pero siempre con una solución de corolario. No digas “tenemos un problema y eso es todo”. Tu mensaje debe ser “tuvimos un problema y es así como pretendemos resolverlo”. Aun cuando no tengas en ese momento la solución concreta a la mano es importante dar un plazo de respuesta: “Tenemos un problema y en dos horas te marco con un avance en la solución”.

4. Date un respiro. Cierto, en un momento de crisis cada segundo cuenta, pero la obsesión sólo genera angustia. En la medida de lo posible date un respiro físico del ambiente de la oficina (sal a comprar un café, a dar una vuelta) para poder regresar con mejor ánimo y perspectiva.

5. Divide y vencerás. De nada sirve un consejo ecuménico de todos los empleados para reclamar al proveedor que no entregó la mercancía. Mucho más lógico y productivo es separar los esfuerzos para que una persona hable con el proveedor, otro con los clientes, otro con proveedores alternativos…

6. Consigue ayuda externa… Pero fíjate en el costo. Si necesitas encontrar un proveedor alternativo o alguien que te ayude a superar el problema, hazlo. Pero fíjate en el precio y evalúa si lo puedes solventar. No vaya a ser que, literalmente, te salga peor la medicina que la enfermedad.

7. Forma es fondo. Una crisis es por definición estresante y un caldo de cultivo para gritos y reclamaciones. Evita las malas formas (gritos, reclamos, malas palabras o críticas hirientes) y el señalar culpas. Quizá sean por el calor del momento, pero éstas se quedan en los oídos de la gente mucho después de haber superado el problema.

8. Lo más importante de las crisis es el después. Acabando la histeria viene la parte importante: entender qué generó la crisis y tomar los pasos necesarios para que no se vuelva a presentar. Muchos clientes juzgan a las empresas no por su “carta blanca” (o sea, una empresa que jamás tiene un contratiempo) sino por la manera en que enfrentan las eventualidades que siempre se van a presentar. Aunque no lo creas, las empresas salen fortalecidas de estos episodios. Como bien decía el gran Babe Ruth: Cada strike me acerca más al próximo home run.

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Lecciones de atención al cliente...
aprendidas en un concierto de los Tigres del Norte
El Vie, 05 de Octubre de 2012, 04:26 am, por Adina Chelminsky
Son los Jefes de Jefes, indiscutiblemente. Los embajadores de la música mexicana en el mundo entero.

En sus casi 45 años de carrera han roto todos los récords de audiencia en conciertos y ventas de discos habidos y por haber… Son, obviamente, los Tigres del Norte.

Jamás pensé escribir una columna sobre esta banda. Aun cuando soy absoluta e incoherente fan, nunca imaginé que podía aprender algo más que las letras de sus canciones… Hasta que fui a uno de sus concierto y me llevé la lección de atención al cliente más impresionante de la historia. La interacción entre la banda y su público, que merecidamente los adora, nos arroja lecciones que todas las empresas, iniciando o establecidas, deberíamos aplicar a la hora de tratar a nuestros propios clientes.

1. Nada de falsedad… En cuestión de atención al cliente no puedes aparentar, tienes que amar a tus clientes. Quizá la característica más increíble de los Tigres es el amor que genuinamente transmiten a su público, no hay pose. En el mundo de los negocios debe de ocurrir lo mismo. Si quieres clientes leales no puedes “decir” que te importa tu cliente y que su satisfacción es una prioridad (recitando lo que dicen los manuales de buenos negocios), tienes que estar convencido que lo es.

2.- La humildad y el agradecimiento son cosas indispensables (a la tonada de “Contrabando” y “Traición”). Más de 300 millones de dólares al año de ingresos no los hacen olvidar que su razón de ser son sus clientes. A muchas empresas el éxito se les va a la cabeza (muchas se marean al subir un pequeño escalón) y olvidan la verdad fundamental de los negocios: la persona más importante, a la que hay que oír, no es el CEO o el asesor estrella, sino el cliente.

3. No son solamente ellos… La atención al público no es sólo por parte del grupo. Hasta el equipo de seguridad, la primera línea de atención a su cliente, está perfectamente instruido sobre cómo tratar a toda la gente que se quiere acercar al escenario (a todos los dejan, de manera ordenada). Las empresas debemos aprender que el trato al cliente debe enfatizarse en todos los escalones de la pirámide. La atención al cliente no es un departamento de la empresa, es una actitud de la empresa en general.

4. ¡Saben lo que el cliente quiere porque lo escuchan..! El público llega a oír sus canciones, cada quien tiene su preferida. Y complacen a todos. Hora tras hora (el concierto duró más de cuatro) se dedican a escuchar lo que el público quiere, mediante papelitos que dejan en el escenario o gritos desde las gradas, y a tratar de tocar todas y cada una de las canciones que les solicitan. Las empresas debemos entender que el punto principal para saber qué es lo que el cliente quiere es OÍRLO. Sin gráficas ni focus groups, ni regresiones estadísticas…Dime tú como cliente qué es lo que quieres.

5. Saben que los clientes quieren más de lo que quieren. Cierto, la gente llega a un concierto de los Tigres del Norte a escucharlos cantar, pero también a acercarse al escenario, a tomarse una foto, a tocar a sus ídolos. Y todo esto se permite en el espectáculo. Llevan ofreciendo a su público, mucho antes de que la frase tuviera la popularidad que hoy tienen en el mundo de los negocios, una “experiencia completa”: no sólo auditiva y visual, sino involucrando todos los sentidos. Esto es lo que cada empresa, sin importar su ramo, debe buscar.

6. Podemos hacer excepciones por el cliente. A la mitad del concierto una persona empezó a pedir “La banda del carro rojo”, canción que habían tocado al principio del espectáculo. “Pero esa ya la tocamos”, dijeron los Tigres desde el escenario “Es que llegué un poco tarde… pero es mi favorita”, contestó la voz desde la tribuna de hasta arriba. “Pues si es su favorita, se la volvemos a tocar” y dicho y hecho. Esta imagen vale más que mil palabras. Las empresas hoy en día, tan metidas en procesos de eficiencia, muchas veces olvidamos que la manera en que damos cabida a las excepciones son las que nos convierten en empresas excepcionales.

7. Y por último… la verdad fundamental en la atención al cliente: Disfrutan lo que hacen. Indudablemente el estar de gira 44 semanas al año es un trabajo pesado y agotador. Pero noche a noche salen al escenario emocionados por el trabajo que les toca realizar. Quizá es difícil traducir esto al trabajo de oficina o de mostrador, pero es fundamental tener una empresa en donde exista un ambiente así. Sólo un empleado que disfruta lo que hace, un directivo que transmite esta emoción y una empresa en donde existe una visión de pasión pueden dar al cliente un servicio realmente excelente.

“Nuestra oficina es el escenario”… La inspiración de los Tigres del Norte para los negocios no sólo aplica para el tema de la atención al cliente. Los invito a ver este video de una plática que dieron en la Universidad de Stanford sobre su trayectoria y estrategia de negocios http://www.youtube.com/watch?v=vROAwL_FpNg

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Algunos de mis mejores amigos…
El Vie, 28 de Septiembre de 2012, 03:53 am, por Adina Chelminsky
Cuando cosas malas le pasan a empresas buenas
Cuando emprendes, cambia tu vida. No sólo en cuestión de horarios, prioridades y objetivos, sino también en cuestión de la gente que te rodea.

Tus nuevos “mejores amigos” son personajes esenciales en la vida del negocio… Y no, no me refiero a que éstos reemplacen a los amigos de la vida, pero el tiempo que pasas hablando, mandando correos y pensando en estos nuevos actores de tu vida definitivamente hace que se conviertan en un grupo especial.

De estos nuevos amigos ahora depende la estabilidad de tu negocio, la viabilidad financiera y tu salud emocional. Es fundamental tenerlos a todos y generar una buena relación con ellos…

Con nadie estás casado de por vida, si eliges un médico erróneo siempre lo puedes cambiar, pero elegir a las personas adecuadas y formar relaciones de largo plazo es invaluable, no sólo por el tiempo que vas a ahorrar, sino por la sinergia que se genera cuando llevas mucho tiempo trabajando con la misma persona.



Tus nuevos mejores amigos son:

Tu contador: no importa cuán versado te creas en chino mandarín, a la hora de pagar impuestos y hacer todos los trámites fiscales es indispensable tener una persona de confianza que entienda lo que necesitas (como negocio incipiente) y que te ayude a lograr tus objetivos de la manera más eficiente y sana posible. Las opciones a elegir comprenden un despacho contable grande o un despacho contable pequeño, o un contador independiente. Todos tienen pros y contras, y generalmente el precio está directamente ligado a la cantidad de servicios que ocupes y al grado de laboriosidad que tu contabilidad implique. Como regla general, siempre elige a un contador paciente que tenga el tiempo de escucharte y resolver la misma pregunta un sinnúmero de veces. Entre mayor sea el involucramiento directo de la persona en tu empresa, mejor la relación y mejor los resultados.

Un programador web. Tarde o temprano vas a necesitar uno. Salvo que seas muy ducho en las artes de la programación, eventualmente vas a necesitar a una persona que te ayude a establecer una presencia en la red. Presencia, la cual, va a ir cambiando con el paso del tiempo, por lo que vas a necesitar evolucionar con él o ella. Necesitas una persona, o grupo de personas, que tengan conocimientos en tres áreas (las primeras dos, indispensables): programación, diseño visual y estrategia virtual. Necesitas una página que funcione, que visualmente sea atractiva y que sea vista por el mayor número de clientes potenciales. Si esta persona va a administrar el servicio web (o sea el servidor) necesitas averiguar muy bien la capacidad presente y futura de sus servicios.

Un diseñador… forma es fondo. Más bien dicho, imagen en fondo. Eventualmente vas a necesitar un logo que te distinga y una imagen corporativa individual. No es un asunto menor. El dedicar tiempo a diseñar la imagen correcta (si no es una prioridad en un principio, pero eventualmente lo será) es muy importante para empezar a crear “marca” y sentar una huella en clientes, clientes potenciales y el público en general. Despachos grandes, despachos chicos o diseñadores independientes. Nuevamente, como con los contadores, todos tienen pros y contras, el chiste es elegir al correcto para tu carácter. Indispensable una persona a tono con las necesidades y restricciones de los pequeños negocios.

Una agencia de contratación de personal. Parecerá irónico, pero los números de desempleo en México no están relacionados con la facilidad para llenar vacantes. Puedes pensar que en el momento que necesitas contratar a una persona los candidatos van a alinearse de a cientos en la puerta. El proceso de encontrar empleados no sólo puede ser complicado, también puede ser muy laborioso. Una agencia que pueda encontrar gente (y que pueda, o no, hacer el proceso de subcontratación) es un “aliviane” tremendo. El costo que tiene bien se compensa por el ahorro en tiempo y por la garantía que muchos de ellos ofrecen para reemplazar el personal contratado por medio de ellos.

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Equipos exitosos

El Vie, 21 de Septiembre de 2012, 03:27 am, por Adina Chelminsky

Dime de qué escribes y te diré de qué careces. Para todos los que han seguido mi columna (y para los que no, aquí les cuento) no es secreto que el tema que más me inquieta, y más inseguridad me causa, ahora que inicio mi propio negocio es mi capacidad para liderar un equipo de trabajo exitoso.
Aun cuando la responsabilidad del negocio no es completamente mía (léase, yo también tengo jefe), sí tengo, por primera vez, el reto de formar un equipo que cumpla con los objetivos, enormes y apresurados, de una empresa naciente. Mi corazón de pollo, mi necesidad de control y mis sueños de éxito no son una buena combinación.
¿El construir un equipo de trabajo exitoso (cuyos resultados se puedan medir tanto en el ámbito colectivo como en el personal) es un arte o una ciencia?, ¿qué pesa más, las lecciones y recetas o el carácter del líder?
No es una pregunta menor. Si es, sobre todo, una ciencia, entonces siguiendo ciertas reglas todos podemos comandar grupos exitosos… Si el liderar es un arte… bueno, creo que estoy frita… O por lo menos voy a desperdiciar muchos lienzos antes de empezar a pintar.
Hace unos meses el Laboratorio de Dinámica Humana del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) “liderado”(me imagino exitosamente) por el doctor Alex Pentland, se propuso encontrar qué es lo que hace a los equipos de trabajo exitosos.
Los descubrimientos fueron sorprendentes… Más allá de cualquier otro factor, incluyendo inteligencia, intuición, personalidad o tipo de actividades, el determinante más importante de un equipo exitoso es la buena comunicación entre los miembros del equipo.
Un buen líder es aquel que puede instituir y alimentar justamente esos canales, que permitan a su equipo desempeñar las labores cotidianas y enfrentar retos y obstáculos particulares.
Estos canales tienen que ver no con el fondo de la comunicación, sino con la forma. Desde el tono de voz hasta el lenguaje corporal.
En la manera en que estos “modos” son analizados, guiados y corregidos, mejor es la comunicación dentro del equipo de trabajo y la empresa… Y mejor comunicación, lleva a mayor productividad y a mejores resultados financieros.
El éxito de los equipos no está en las cualidades individuales y en la manera en la que un jefe puede aprovechar esas cualidades, sino en cómo un jefe puede guiar la comunicación general para potenciar las capacidades grupales.
Usando monitores electrónicos, el equipo de científicos sociales analizó tres factores: tono de voz, posición del cuerpo en relación con las otras personas y lenguaje corporal (movimiento de las manos, de la cabeza…) y encontró tres patrones comunes en los equipos exitosos. Patrones que, quizá, todos debemos adoptar (primero que nada) y fomentar en los demás:
El primer elemento es la energía o la cantidad de interacción directa (NO telefónica, virtual o vía computadora) que existe entre los miembros del equipo. Entre más energía, más éxito.
El segundo elemento es la interacción (engagement): si la energía está o no equilibrada entre todos los miembros del equipo. Si todos los miembros del equipo hablan y escuchan en la misma proporción. O sea, nadie es el gran hablador y nadie el escuchador pasivo. Entre más equilibrada la interacción, mayor el éxito del equipo.
El último elemento es la exploración, la medida en que los miembros del equipo se comunican con otros equipos (dentro de la misma empresa, en otras empresas, con proveedores…) o sea, la manera en que los miembros del equipo pueden traer información e ideas frescas dentro del equipo. Entre mayor es la exploración, más exitoso es el equipo.
El papel de un líder es, entonces, fomentar la energía, la interacción y la exploración.
¿Ustedes qué opinan?, ¿creen que la comunicación determine el éxito de los equipos?, ¿piensan que estas estrategias son las adecuadas?
(La investigación completa se puede consultar en el Harvard Business Review del mes de abril, 2012).

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In-dependencia

El Vie, 14 de Septiembre de 2012, 03:50 am, por Adina Chelminsky

Me imagino que en algún momento de la lucha de Independencia, enfrentando los enormes retos de las batallas, Miguel Hidalgo se cuestionó si no hubiera sido mejor quedar siendo parte de la Nueva España.
En el mundo de los emprendedores ocurre lo mismo. Nos independizamos de la vida laboral tradicional porque, de una u otra manera, buscamos independencia. Independencia en horas de trabajo, de jefes, de paradigmas, de ideas o procesos que consideramos anacrónicos y que podemos hacer mejor y diferente.
Pero la independencia laboral, como el proverbial león, no es como la pintan. Quizá nos libremos del yugo del corporativismo o de la vida laboral tradicional, pero nos atamos a otros amos.
Una de las características más comunes de todos los emprendedores, particular, pero no exclusivamente en los primeros años de un nuevo negocio, es el cordón umbilical que se crea entre el emprendedor y su empresa. No sabemos dónde acaba uno y donde empieza el otro. No es una cuestión de narcisismo. Es una simbiosis real.
Por un lado la empresa depende, en enorme parte, del emprendedor… Por otra parte el emprendedor depende, en el sentido financiero y emocional, de su empresa.
Este cordón umbilical puede sentirse como una cadena que en momentos puede llegar a pesar mucho. Puede generar angustia y puede desencadenar dudas sobre si el camino elegido es el correcto.
Esta dependencia es imposible de romper. Como bien hubiera dicho Luis XV, de haber sido emprendedor, “la empresa soy yo”. Sin embargo, hay maneras de hacer que en vez de convertirse en un foco de conflicto interno se convierta en una fortaleza.
¿Cómo? En cuestión de la independencia del emprendedor los gritos de batalla deben ser:
¡Viva mi empresa! ¡Vivan los planes para el futuro! ¡Vivan las finanzas sanas! ¡Viva la separación entre casa y trabajo! ¡Viva!
1. Planes para el futuro. El emprender muchas veces nos hace miopes. El énfasis de la vida se concentra en el corto o mediano plazo, que son los plazos dentro de los que la mayor parte de las decisiones de los negocios incipientes se toman.
Hay que pensar en el futuro lejano. Aun cuando estos planes puedan cambiar conforme pase el tiempo, el tener una visión del futuro lejano nos permite actuar con mayor perspectiva e independencia en las decisiones cotidianas.
2. Una vida financiera personal lo más sana posible. El dinero, nos guste o no aceptarlo, es la columna vertebral de nuestra empresa y también de nuestra vida. En la manera en que las cuentas personales están en orden (o sea, organizadas con poca deuda y un nivel creciente, o por lo menos estable, de ahorros) podemos actuar de una manera más independiente del negocio. Obviamente, en la mayoría de los casos, dependemos del ingreso corriente que nos brinda la empresa para vivir, pero si tenemos una vida tranquila sana podemos vivir con mayor estabilidad y menores preocupaciones. Además de que podemos tomar, dentro del negocio, decisiones más sanas. Es un poco como el trapecista que, al saberse protegido por una red, tiene la seguridad para dar saltos más altos.
3. Una clara separación entre casa y trabajo. En la medida en que un emprendedor pueda mantener una vida separada del trabajo (aun cuando en cantidad de tiempo ésta sea corta) puede sentirse independiente de su negocio. Esta vida personal puede incluir (¡debe incluir!) cuatro pilares fundamentales: el primero es el cuidado y atención a la salud personal, alimentación, ejercicio, medicina preventiva… El segundo es el fortalecimiento de las relaciones interpersonales: tiempo con la familia, los amigos. También se debe poner énfasis en el crecimiento intelectual: encontrar la manera de mejorar las habilidades existentes o aprender nuevas cosas y, por último, encontrar un poco de tiempo para el resguardo espiritual, ya sea en forma de una conexión religiosa o de alguna otra medicina para el alma.
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Lecciones de los Paralímpicos

El Vie, 07 de Septiembre de 2012, 02:13 am, por Adina Chelminsky

Hace unas semanas escribí una serie de artículos, a propósito de los Juegos Olímpicos, sobre las lecciones que atletas y entrenadores nos podían dar al mundo de los negocios y del emprendedurismo.
Esta semana me gustaría encontrar otras lecciones que podemos aprender de los deportistas Paralímpicos.
Son los súperhumanos. Si Usain Bolt es un astro por correr los 200 metros en 19.32 segundos, Ping Liu (mujer) es mil veces más brillante por correrlos en 32 segundos y tener parálisis cerebral (para ponerlo en perspectiva, una persona a buen paso deportivo corre a diez kilómetros por hora, lo que quiere decir que correría los 200 metros en un minuto 15 segundos).
Medalla tras medalla, y en todos los participantes que no llegan al podio, se esconden historias de éxito que superan cualquier guión de Hollywood.
Historias que pueden enseñarnos grandes cosas a todos los que día a día luchamos por sacar una empresa adelante.
De cierta manera los pequeños negocios, aquellos que están empezando, somos como atletas paralímpicos. Con algunas discapacidades, como tamaño, falta de economías de escala, menos experiencia, pero con enorme fuerza y determinación para salir adelante.
Y estas lecciones podrán ser clichés, pero vaya que son clichés reales y aleccionadores. Son el ejemplo de cómo el tesón y la disciplina pueden vencer cualquier obstáculo y ayudarnos a alcanzar cualquier meta.
Lección 1.- Paso a paso. Los problemas más grandes de la vida y de los negocios (esos que sentimos que nos ahogan) o las metas que se piensan más difíciles de lograr se vuelven alcanzables en el momento que ponemos metas cortas.
La historia común en estos deportistas, particularmente los que no nacen con una discapacidad sino que la adquieren después de una enfermedad o accidente, es el que pudieron llegar adonde están gracias a pensar en grande pero a actuar en pequeño.
Me explico. Todos tenían grandes sueños en la cabeza pero se enfocaban en dar, primero, un paso… después en correr un minuto… después en correr sólo una vuelta a la pista… esta lección es fundamental en el mundo de los negocios: Hay que tener grandes sueños, pero aterrizarlos en realidades concretas y cotidianas. No puede pensar en ser la empresa más grande en el sector X si el día de hoy no me concentro en atender a los pocos clientes que tengo.
2.- No hay pretextos. En serio, no los hay. Si el espíritu humano de Doramitzi González la ha llevado a competir en cuatro olimpiadas y ganar 11 medallas, los demás no podemos decir que no se puede.
3.-Disciplina… o como bien dijo Winston Churchill “sangre, sudor y lágrimas”. Para vencer cualquier obstáculo son necesarias
las tres.
4.-Válete de la tecnología. Día con día se inventan aparatos, técnicas, estructuras, materiales y diversos adelantos que ayudan a que nuestra vida sea mejor y que sea más fácil cumplir nuestras metas.
Sean las prótesis de los atletas de pista y campo o las técnicas para hacer más fácil el nado, o aplicaciones para facilitar la contabilidad o una nueva red social para promoverte.
Estar a la vanguardia puede darte una ventaja competitiva (y muchas veces estos son adelantos que no cuestan o que son muy costo-eficientes).
5.-El primer lugar te obliga a cambiar de categoría. Como bien dice el dicho (o así debería decir), si eres cabeza de ratón, cambia a cola de león… para ir caminando hacia la cabeza.
El mejor ejemplo de esto es Oscar Pistorius, medallista de plata en 400 metros, quien no se conforma con ser uno de los mejores deportistas en su categoría paralímpica, sino que este año compitió, también, en los juegos Olímpicos logrando un resultado ejemplar. Igual en los negocios: cada cima se debe convertir en el piso para alcanzar nuevas metas.
Y por último… 6.- En México sí se puede… Podemos no ser China o Australia, los países estrella en estos juegos, pero el papel que hace nuestro país es ejemplar.
Lo bien hecho en México, a todos los niveles, definitivamente está bien hecho.

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El Vie, 31 de Agosto de 2012, 03:40 am, por Adina Chelminsky

Ser emprendedor es difícil. Ser emprendedora es aún más.
Odio los artículos de negocios en los que se hace una diferencia entre hombres y mujeres (el día que se deje de escribir de estos temas en términos de género, o existan programas especialmente dedicados, es cuando vamos a alcanzar la verdadera igualdad), pero es innegable que en el mundo de los negocios en general, y en el del emprendedurismo en particular, el cromosoma 23 sigue marcando diferencias importantes.
No es coincidencia que el número de mujeres que emprenden en un negocio propio (y que tienen éxito en ese negocio) sea mucho menor que el de los varones.
Éste no es un tema particular de México ni de los países del tercer mundo, en prácticamente todas las economías existe un mayor índice de emprendedores hombres y una mayor tasa de éxito de sus empresas.
La diferencia se acentúa aún más cuando hablamos de mujeres con hijos, con pareja o no.
Las razones de esta disproporcionalidad están muy documentadas.
Tienen que ver, en una parte importante, con factores económicos; por ejemplo, mayor existencia de créditos para empresas comandadas por hombres, pero también, y en un campo mucho menos analizado, con factores extra-económicos (yo los llamaría sicosociales, pero suena un poco dominguero): las luchas en diferentes campos que las mujeres tenemos que librar al abrir un nuevo negocio.
De cierta manera, las mujeres tenemos que pagar un precio personal más alto a la hora de emprender, un precio que de antemano no estamos dispuestas a pagar (y por ende no iniciamos siquiera el proceso) o que, a la mitad del camino, nos damos cuenta que nos está siendo demasiado caro.
Odio las apologías y las excusas femeninas, pero es un hecho que a la hora de iniciar un nuevo negocio, en donde los sacrificios de tiempo, dinero y esfuerzo siempre van más allá de lo presupuestado, las mujeres enfrentamos retos particulares.
El primero es la falta, a todos los niveles de la sociedad, desde la organización en el hogar hasta las políticas de gobierno, de un sistema de soporte que permita a las mujeres salir a trabajar a la par que los hombres.
Contadas con los dedos de la mano son las familias en donde las responsabilidades domésticas se reparten de la misma manera entre hombres y mujeres.
En la mayor parte de las familias, la mujer sigue siendo la responsable de hacer o coordinar para algunas pocas, las actividades diarias de los hijos y la casa.
En la mayor parte de los hogares una emergencia fuera del horario laboral pactado (tener que trabajar horas extra, por ejemplo) es imposible. Contadas, también con las manos, las empresas que permiten el acomodo de responsabilidades domésticas para mujeres Y hombres (que siguen siendo la otra mitad responsable de la manutención de los hijos en todos los niveles).
Contadas, aún más, las políticas laborales que apoyen a la mujer trabajadora del día de hoy. Es innegable que esta falta de una estructura de apoyo, a todos los niveles, complica la organización y disponibilidad de tiempo.
Como mujer, mucho más fácil, organizarse en un trabajo de horarios fijos y conocidos que en uno en donde las exigencias de tiempo no están bajo nuestro control.
El segundo punto, y mucho más difícil de analizar, son los límites mentales que nosotras mismas nos ponemos (sí, ya sé que la Internacional Feminista va a pedir mi excomunión). El techo de cristal muchas veces está sostenido por nuestras propias manos. Por tabúes que nosotras mismas manejamos y que nos da miedo o no sabemos cómo romper, por miedo a la crítica y/o a no cumplir las expectativas de quién sabe qué panel de expertos.
México es el país desarrollado en donde menos mujeres casadas trabajan fuera del hogar.
Una “realidad alternativa” que poco a poco empata menos con la “realidad real” de hogares en donde se necesita, sin excepción, de dos ingresos para poder no sólo prosperar, sino salir a flote.
El emprendedurismo debería ser una opción para más mujeres. ¿Alguna sugerencia de lo que se puede hacer para volverlo una opción cada vez más viable y asequible?
@AdinaChel



El Vie, 24 de Agosto de 2012, 03:46 am, por Adina Chelminsky


Asumo que después de casi seis meses de esta columna ya estamos aquí en confianza, así es que… (me paro enfrente del grupo de lectores y alzo la voz): “Me llamo Adina y soy una obsesiva del control”.
Cuesta trabajo aceptar que necesitas ayuda, pero estoy empezando un programa para resolver ciertos asuntos que siento están afectando mi desempeño profesional y, por ende, a mi negocio.
Cuando un negocio depende tanto de una persona (aunque aclaro que no exclusivamente de mí) es inminente que esa o esas personas estén al 100% de su capacidad mental y profesional para poder trabajar.
¿Por qué decidí dar el paso? Después de unas vacaciones en las que no me pude despegar de la BlackBerry atendiendo asuntos de trabajo, tuve que aceptar que necesito ayuda para aprender a soltar y delegar responsabilidades.
Ayuda que me diera resultados de manera rápida y enfocada a mi actuar y errores profesionales. Sé que tengo que aprender a delegar y a dejar de hacer microadminstración (¡¡¡lo sé!!!) pero por alguna razón no puedo lograrlo.
Mi cabeza dice una cosa, pero mis entrañas dicen otra. Las consecuencias de esta incapacidad son no sólo en el ámbito personal (el precio que pago es caro) sino también en el profesional: es obvio que mi exceso de control impide el buen desarrollo de mi equipo de trabajo.
La solución la estoy buscando por medio del coaching ejecutivo. Gracias a Dios encontré a una gran coachSara Menassé (@smenass_coach), y estoy empezando a trabajar con ella. No puedo seguir permitiendo que mis desbalances afecten el desarrollo de mi negocio.
El coaching ejecutivo busca trabajar con personas que tienen la capacidad y el potencial, pero que por alguna u otra razón están atoradas en un aspecto de su vida profesional.
Lo que me llamó la atención es que, a diferencia de programas de autoayuda que te dan una receta de cocina para resolver tus errores en el ámbito de trabajo, elcoaching ejecutivo te ayuda a ti mismo a descubrir qué @&%! está pasando y qué no te
deja alcanzar tus objetivos.
A pesar del escepticismo que todavía existe en México respecto a este tipo de soluciones estoy convencida que éste es el camino para mí… y creo que debe ser algo que muchas personas (emprendedores, profesionistas y miembros de cualquier empresa) deben probar para resolver asuntos que afectan su vida profesional.
Temas como frustración, falta de comunicación entre equipos de trabajo, miedo a la confrontación y/o falta de liderazgo que afectan el desempeño y resultados de trabajo.
Estoy empezando en este proceso, de la mano de una profesional. Creo que lo más importante en este momento, y para todos los que piensen que este es un camino que quieran probar, es saber qué esperar de un coach ejecutivo y qué hacer como cliente para hacer que el proceso sea exitoso.
¿Qué buscar en un coach ejecutivo?
1.- Certificación que avale profesionalismo, tal como la otorgada por la Asociación Mexicana de Coaching. Evitar así caer con un charlatán.
2.- Evitar personas que te digan “yo te voy a sacar del problema” o “yo te voy a resolver el problema”. La única persona capaz de resolver los problemas es uno mismo (gluuuup… ¿¿¿no sería más fácil si vendieran soluciones en software que pudieras sólo grabar en tu disco duro cerebral???)
3.- Esperar una solución pronta. Un proceso de coaching debe durar entre seis y diez sesiones (cada una espaciada por una o dos semanas).
¿Qué debo estar dispuesto a dar?
1.-Estar abierto al coaching. Suena redundante, pero nadie puede iniciar un proceso a fuerza.
2.-Iniciar el coaching con un objetivo concreto en mente.
3.-Entender que el proceso depende de uno y que los cambios los tengo que realizar YO.
4.-Hacer la tarea. Propiamente dicho, comprometerse a los ejercicios y metas que el coach sienta
entre sesión y sesión.
Así es que empiezo este proceso. Estaré informando sobre los resultados obtenidos, que sé que serán positivos. Confieso que me da nervio y emoción. 


(Si tienen cualquier duda específica sobre el coaching y lo que se necesita saber antes de empezar un proceso, pueden escribir a sdscoaching@gmail.com).











Mientras lean esto estaré de vacaciones. Esta vez llevo en mi maleta siete cambios de ropa, zapatos cómodos, mis listas exhaustivas de qué visitar y un montón de culpa.
¿Debería haber salido de vacaciones?, ¿“abandonar” un negocio que apenas empieza… Y que sin mí no va a poder sobrevivir? (música de fondo de violines, por favor).
Me imagino que ésta es una pregunta común entre todos los que empezamos un negocio. ¿Debemos cambiar unos días de descanso en pro del bienestar del negocio?
La situación es, por lo menos en mi caso, confusa. El emprender un nuevo negocio tuvo en parte que ver con ser “dueña de mi propio tiempo” y no tenerme que adecuar a las políticas de vacaciones de una empresa.
Pero me está costando aún más trabajo desprenderme. Que quede claro, tengo socios y un equipo de trabajo que, estoy segura, pueden suplir la mayor parte de mis actividades de manera extraordinaria.
Pero aun así me siento mal de abandonar la oficina. Como ya he escrito en columnas previas, el delegar me cuesta trabajo.
A fin de cuentas, creo que mi temor por salir de vacaciones tiene más que ver con cuestiones de ego personal (el “no van a poder sobrevivir sin mí” es la aseveración más egocéntrica que hay) que con efectos reales en el desempeño del negocio.
Muchos expertos dicen que el tomar ciertos días de vacaciones es muchas veces justo lo que el emprendedor necesita para hacer un negocio próspero de largo plazo, por tres razones principales:
Que vengan los bomberos, que me estoy quemando (aunque no lo siento):En los primeros meses de cualquier negocio los ritmos son cardiacos y la presión enorme (¿mejorará esto con el tiempo?), lo que lleva a que muchos emprendedores se quemen física, intelectual y creativamente.
Este burnout es común en todas las etapas de la vida profesional; sin embargo, el emprendedor no lo percibe (aun cuando afecta su productividad, humor, energía…) por la misma adrenalina que le genera el negocio y/o por la necesidad de estar siempre pendiente.
Ser demandado por la familia: En muchos casos los primeros meses de un negocio implican que los horarios de trabajo no respetan tiempos personales y el foco de la energía y concentración no está en los asuntos personales. Esto puede crear resentimiento en la familia y un elevado nivel de culpabilidad por el manejo de prioridades (odio esa frase, pero es cierta y creo que nos afecta más a las mujeres). El tomarse unos días para reconectarse con la familia es importante para el bienestar del emprendedor y de todo el núcleo que lo rodea.
La temida palabra D… El salir de vacaciones presenta una increíble oportunidad para los emprendedores que ya tienen un equipo de trabajo de aprender a Delegar e instalar en la empresa los procedimientos a seguir, en caso de que alguien (no importa quién) no esté, sin que la situación se vaya al demonio.
Repito, muchas veces es cuestión de ego pensar que las cosas no funcionan si uno no está presente, pero aun así hay que diseñar el procedimiento a seguir para que todo funcione de la mejor manera posible.
Desde los detalles, como compartir claves de acceso o passwords, hasta las cosas importantes como el qué hacer en caso de que se presente una emergencia o situación extraordinaria.
Aun con todas estas razones a favor y trabajando a marcha forzada para dejar todos los pendientes listos y acomodados, tengo que confesar que no me está costando mucho trabajo y estoy plagada de dudas: ¿llevo o no mi computadora?, ¿trabajo desde el viaje?, ¿me conecto diario?, ¿me desconecto totalmente?, ¿atiendo pendientes?, ¿sólo emergencias?...
¿Alguien tiene algún consejo o experiencia que quiera compartir?








Lecciones deportivas 
(Segunda Parte de II)

El Vie, 10 de Agosto de 2012, por Adina Chelminsky
Lecciones deportivas (Parte I de II)
OPINIÓN ¿Hasta dónde insistir? OPINIÓN Rómpase en caso de emergencia OPINIÓN Sabia virtud de conocer el tiempo OPINIÓN ¿Todos podemos ser emprendedores?
Siguen los Juegos Olímpicos, sigue la emoción y seguimos, en esta columna, hablando de las enseñanzas que los grandes coaches del deporte pueden tener en el mundo de los negocios.

La semana pasada hablamos de Vince Lombardi y Dean Smith (el artículo lo pueden consultar en
www.excelsior.com.mx).

Aquí hay dos historias más que demuestran que la línea entre lo que se enseña en las canchas deportivas y lo que debemos saber en el mundo de los negocios es muy, muy delgada.

Rinus Michaels: futbol total

En el futbol soccer existe el AR y el DR: Antes de Rinus y Después de Rinus.

AR el juego estaba marcado por la importancia e inamovilidad de las posiciones en la cancha, cada jugador tenía una sola función estática y predeterminada. Nadie cuestionaba que esa era la única manera de jugar.

La llegada del entrenador holandés Rinus Michaels en los años setenta cambió la manera de organizar el trabajo en equipo y de jugar el futbol.

Su técnica, conocida como Totaalvoetbal (futbol total), permitía a los jugadores ajustar sus posiciones para aprovechar las situaciones que se iban presentando en la cancha, un defensa en control del balón, por ejemplo, podía aprovechar la oportunidad para anotar un gol.

A la vez que se cuidaba la cohesión de equipo, todos tenían en mente el mismo objetivo, anotar un gol, se privilegiaba la imaginación individual, lo que generaba un juego de mayor iniciativa, más dinámico y, por ende, más efectivo.

Bajo su tutelaje, la selección holandesa, que pasaba por uno de sus peores momentos de la historia, alcanzó la final del Mundial de 1974 y se coronó como La Naranja Mecánica, también logró que el equipo Ajax consiguiera tres Copas de Europa consecutivas.

Esta técnica presenta para las empresas una lección importantísima. El énfasis que existe hoy en día en cuadrar procedimientos y seguir manuales de operación limita la iniciativa que le permitimos a nuestros empleados. Marcamos que las ideas solamente pueden venir del “honorable departamento de ideas”, pero ¿qué pasa si una persona del área de limpieza tiene una idea que puede traducirse en grandes ahorros o un vendedor encuentra la manera de dar un mejor servicio al cliente?

Es indispensable que existan los canales y el incentivo que permita a todos los empleados aportar sus ideas más allá de la posición en la
ue juegan.

Sólo así, trabajando con el mismo objetivo y privilegiando la imaginación individual, se pueden alcanzar grandes resultados.

Herb Brooks: soñar es triunfar

Para los atletas que concursaban en los Juegos Olímpicos de Invierno en 1980 pensar en vencer a los soviéticos en hockey sobre hielo era poco más que imposible, particularmente para el equipo de Estados Unidos.

Mientras que el equipo de la URSS, invicto desde 1964, contaba con las más grandes estrellas del deporte, los americanos eran un grupo de colegiales poco connotados. El partido de preparación en el que ambos equipos se habían enfrentado, poco antes del inicio de los juegos, parecía un presagio de lo que se vería en Lake Placid: los soviéticos habían destazado 10-3 a los estadunidenses.

Pero, en una versión moderna de la lucha de David contra Goliat, se dio el “Milagro sobre Hielo”.

Bajo la batuta del entrenador Herb Brooks, el marcador final de la semifinal que disputaron fue un sorprendente: EU 4-URSS 3, lo que permitió a los americanos conseguir posteriormente la medalla de oro.

Muchas explicaciones técnicas se han buscado a esta victoria; sin embargo, la mejor de ellas la simplificó Brooks años después del triunfo: “Se nos olvida soñar. De niños tenemos cientos de sueños pero la sofisticación del mundo adulto nos los arrebata… En Lake Placid éramos, simplemente, un grupo de soñadores obstinados”.

Esta es quizá la lección más simple, pero más fidedigna de los grandes del deporte: Perseguir los sueños y estar dispuestos a sudar por ellos, no es el camino más corto, pero sí el más seguro para alcanzar el éxito.

Como estas lecciones de entrenadores hay muchas. ¿Ustedes tienen alguna? Sea que la hayan leído o la hayan vivido. Compártanla conmigo a mi correo electrónico o vía Twitter.


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Lecciones deportivas (Parte I de II)
03 de Agosto de 2012
 por Adina Chelminsky


Me declaro adicta a los Juegos Olímpicos. Me encanta verlos. Me encanta el contexto. Me encanta el ambiente que generan.

Todo mundo parece estar de mejor humor, existen temas comunes y sanos de conversación, le echamos porras al mismo equipo.

Me encantan también por las lecciones que el deporte nos da. En todos los aspectos de la vida. El mundo de los negocios, incluyendo el del emprendimiento, es un gran deporte: el sudor, la competencia mordaz y la necesidad de sobresalir.

Y al igual que en los marcadores de las canchas, los resultados de nuestras empresas o actividad profesional no sólo dependen del dinero que se invierte en ellas, sino de la estrategia con la que juguemos.

Jorge Valdano una vez dijo que “entre el deporte y la empresa existen muchas similitudes, la cancha de juego es como un laboratorio que permite sacar conclusiones muy interesantes sobre el comportamiento en el ámbito empresarial”.

Así es que estas dos semanas quiero compartir con ustedes cuatro historias de éxito deportivo que, creo yo, aplican perfectamente al desarrollo de los negocios (y de la vida misma).

Vince Lombardi: “Entre más duro es el entrenamiento, más difícil es rendirse”

No hay una figura que represente mejor la relación negocios-deporte que Vince Lombardi, entrenador de los Green Bay Packers de 1959 a 1969, y no había para él palabra más importante que disciplina.

Para Lombardi, el éxito “de la noche a la mañana” era un mito, consideraba que el único camino al triunfo estaba pavimentado por arduos entrenamientos, sacrificios personales y capacidad para soportar el dolor.

La férrea disciplina que imponía le ganó una mezcla de admiración, lealtad y temor de sus jugadores.

Pero esta técnica rindió frutos. Bajo su dirección, los Packers pasaron del último lugar en la liga a ganar cinco campeonatos de la NFL y los primeros dos Super Bowls.

La disciplina es una habilidad olvidada en el ambiente empresarial.

La hemos dejado a un lado por considerarla el anatema de la creatividad (la vaca sagrada hoy en día); pero es precisamente la instauración de procesos que regulen todas las áreas de la empresa, que reten y hagan sudar a la gente y que sancionen a la gente con rendimiento deficiente, lo que permite potenciar al máximo la creatividad y efectividad de las personas y de las empresas.

Como bien resumió Henry Jordan, tackle defensivo de los Packers en esta era de oro: “Yo juego por amor al Futbol, amor al dinero y terror a Lombardi”.

Dean Smith: La importancia de lo insignificante

Entre los cientos de entrenadores de basquetbol colegial en Estados Unidos hay uno que sobresale como el mejor: Dean Smith, quien en sus 36 años como entrenador del equipo de la Universidad de Carolina del Norte logró el mayor número de victorias en la historia del deporte (879 en total).

Smith no sólo cambió la manera de moverse tras el balón, también se convirtió en un motivador que inspiraba el éxito más allá de la cancha de juego: más de 96% de sus jugadores consiguieron un título universitario.

Parte de lo que él “empezó a hacer diferente” fue prestar atención a los pequeños detalles muchas veces menospreciados e ignorados: pasaba horas corrigiendo la postura de sus jugadores y las técnicas de pivoteo, corregía incansablemente todas las actitudes, especialmente la puntualidad, y toleraba poco el lenguaje grosero utilizado en la cancha, aun ante la peor derrota.

En el mundo de los negocios es vital no olvidar que son las pequeñeces las que marcan la diferencia; la atención a lo insignificante genera una actitud que permea todas las acciones: “El énfasis en lo pequeño, explica el coach Smith, genera un estado mental que permite enfrentar cualquier reto; dejar desatendidos los detalles conlleva a ser descuidado en las grandes cosas”.

La próxima semana hablaremos de otras dos grandes historias/lecciones: Rinus Michaels y mi favorita, Herb Brooks.

¿Ustedes tienen algunas historias de lecciones aprendidas en las canchas deportivas o que han aprendido de diferentes entrenadores, profesionales o no?

Compártanlas conmigo vía mi correo electrónico o en mi cuenta de Twitter.

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Vean (lean) esto

Éste es un listado de anticreatividad... para la gente que no quiere tener nada que ver con las patrañas de la innovación, la locura de la imaginación o las tonterías del pensamiento alternativo.

Adina Chelminsky

Lo que hoy escribo no es de mi autoría. No lo inspiré yo. No lo redacté yo. Ni siquiera conozco a la autora. Sin embargo, es uno de los textos que más me ha impresionado ahora que inicio mi etapa de emprendedor.

Es la transcripción de un video llamado “El listado de la anticreatividad” (lo puedes ver en http://vimeo.com/10175915). Desde que lo vi la primera vez, hace como un mes, lo he revisitado cientos de veces. Pareciera un mantra perfecto para todos los que, en diversos aspectos de nuestra vida, buscamos hacer las cosas de manera diferente.

Su autora, Youngme Moon, es profesora de Mercadotecnia y estrategia de la innovación en Harvard. El libro que escribió, Different: Escape the competitive herd, es también lectura obligada.

Ambos textos están en inglés. Así es que aquí hago yo una traducción esperando que lo disfruten tanto como yo…

Un listado de anticreatividad… para la gente que no quiere tener nada que ver con las patrañas de la innovación, la locura de la imaginación o las tonterías del pensamiento alternativo. Catorce cosas que hay que tomar en cuenta. Resultados garantizados.

1.- Ve a la segura. Escucha esa voz interior que dice: “¿Por qué necesito arriesgarme..? ¿Para qué hago las cosas de otra manera..? ¿Y si la gente piensa que es estúpido..? Mucho mejor que sea otra persona la que se arriesgue”.

2.- Conoce tus fronteras. Limítate a ti mismo. No me pregunten… ¿Por qué debería de saberlo? No soy un artista. No soy creativo. No soy un innovador. No soy una persona de ideas. ¡Así que no me pregunten!

3.- Recuérdate a ti mismo: Es sólo un trabajo. No me pagan por pensar… Mejor mantengo la boca callada… No voy a ganar nada… ¿A qué hora es la comida?

4.- Siempre demuestra que eres la persona más inteligente del grupo. Sé escéptico. Es por esto o aquello que no va a funcionar… Nunca van a poder hacerlo realidad… Aun cuando tengamos razón nadie lo va a comprar… Nuestra empresa no está hecha para esas cosas.

5.-Sé el hombre fuerte. Siempre remítete a la evidencia. ¿Qué dicen los de análisis..? No hay evidencia de que eso funcione… Esto no es lo que dijo el grupo de enfoque… ¡Enséñenme la base de datos..!

6.- Respeta lo histórico. Siempre dale al pasado el beneficio de la duda. Siempre lo hemos hecho así… ¿Si es tan buena idea, por qué nadie lo había pensado antes..? Esto no estaba planeado…

7.- Acaba con la locura antes de que empiece. Pisotea las ideas nacientes con tu experiencia de negocios. No han comprobado la efectividad… ¿Cómo van a solucionar el problema de ingeniería, de recursos humanos, de diseño, técnicos..? Es imposible hacer un modelo de precios para esoooo… ¡No hay un ROI inmediato..! No podemos invertir en eso…

8.- Usa tu experiencia como un arma. Tú ya hiciste todo y ya viviste todo. Tratamos de hacer eso hace unos años y no funcionó… Eres demasiado joven para entender cómo funcionan las cosas… No vas a reinventar la rueda… No hay nada nuevo bajo el sol…

9.-Mantén tus ojos cerrados. Tu mente también. El mundo no está cambiando, es sólo algo que nos quieren vender los medios de comunicación… Me rehúso a caer en la moda tecnológica… No me digan cómo manejar mi negocio… ¿Qué es esa tontería de las redes sociales..?

10.-Asume que no hay ningún problema. Fue un año difícil pero es culpa de la situación económica… El próximo trimestre repuntaremos… Estamos bien…

11.- Subestima a tus clientes. Los clientes no tienen adónde irse… No están listos para esto… No es lo que están pidiendo… No es a lo que están acostumbrados…

12.-Habla con la palabra de la verdad. Dale consejos sensibles a la gente que trabaja para ti. Mantén la cabeza gacha y haz tu trabajo… Llegué  donde estoy por no hacer olas… Deja las ideas a las otras personas… Escoge tus batallas y ésta no es una de ellas…

13.- Sospecha de la “gente creativa” en tu organización. De los artistas. De los poetas, de los antropólogos, de los loquitos. Es gente que no entiende de negocios… No puedo creer que los tenemos en nómina… ¡¿Quién los incluye en las juntas?!..

Y finalmente:

14.- Cuando todo falle, actúa como un adulto. No tengo tiempo para esto… ¿Tenías cita?... Necesito que me den los resultados del próximo trimestre… de vuelta al trabajo, gente…

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El sistema es el sistema

El no tener centralizada toda la información de la empresa, aun cuando en un inicio parezca poca y que puede ser manejada casi de memoria, es uno de los errores que cometemos los emprendedores.

Adina Chelminsky

Una de las muestras de mi bipolaridad es la relación que tengo con el orden (léase: con el ser ordenada). Para mí no hay escalas de grises.

El orden viene en dos sabores: desorden absoluto (véase mi bolsa, mi escritorio y mi vida emocional) u orden compulsivo (como en mi agenda, mis archivos personales o mis documentos).

Lo primero que pierdes al iniciar un nuevo negocio es la cabeza. Lo segundo es el orden. Salvo notorias excepciones, para la mayor parte de los emprendedores al iniciar el negocio se relegan los sistemas de orden, una tarea fundamental, pero no urgente, en pro de los cientos de bomberazos urgentes que marcan el inicio de la operación…

Y, así, unos meses después de haber empezado nos damos cuenta que existen 30 archivos diferentes y 100 papelitos con información, con los datos de los clientes, los proveedores, el inventario, los datos técnicos, las notas… y empiezan los autogritos de “¡¡¡dónde fregados dejé ese datooooooooooo???”

El no tener centralizada toda la información de la empresa, aun cuando parezca en un inicio poca información que puede ser manejada casi, casi de memoria, es uno de los graves errores que cometemos.

Es como la proverbial bola de nieve: un negocio tiene poca información que, al parecer, se puede manejar, pero que, poco a poco, va creciendo hasta el día que nos aplasta la desorganización...

…y esto no es sólo un asunto de forma. El no tener un sistema formal de organización tiene un costo real en trabajo repetido, procesos lentos, altos costos y oportunidades perdidas. Por eso es tan importante, y mucho más fácil de implementar, tener este sistema de organización establecido desde un principio.

Un sistema que incluya las descripciones de puestos (conforme se vaya contratando gente), procesos (quién hace qué en cada momento del proceso de venta o servicio) y una base de datos en donde se pueda tener archivada y con fácil acceso toda la información de la empresa.

El implementar un sistema puede ser tan caro o tan barato como se requiera. Más bien es una inversión en trabajo y en capacitación y disciplina para que la gente que trabaja en la empresa se aboque a los mismos parámetros.

Las soluciones son muy variadas, para cada empresa y tipo de persona funcionan diferentes cosas. He aquí lo que en mi empresa se hizo.

Durante un fin de semana completo nos dedicamos a establecer paso a paso el proceso de venta y servicio, con las variantes posibles, para describir de manera muy detallada lo que cada persona hace en cada parte del proceso, con quién se comunica, a quién tiene que informar, qué formatos tiene que llenar…

A la par hicimos una base de datos para agrupar toda la información que generamos y olvidarnos de 15 archivos diferentes.

Aquí tenemos la información de los clientes, proveedores, distribuidores, inventario, facturación, fechas de pago… Para diseñar este sistema, y dados los recursos limitados, compramos un programa llamado File Maker Pro y diseñamos de manera fácil la base de datos y los reportes que automáticamente se generan.

Así, cada persona de la oficina sabe qué información tiene que ingresar y cuál es la que debe de consultar. El migrar toda la información al nuevo sistema fue complicado por el desorden inicial y la falta de homologación de criterios. Pero hoy ya está todo acabado.

Ahora el reto es educarnos a todos los que trabajamos en la empresa para seguir los procesos (algo que en un principio puede parecer engorroso) y generar los hábitos que nos permitan llevar el sistema día a día como parte de la naturaleza del trabajo.

Después de todo, pasar del caos al orden no es una tarea fácil, pero muy importante… Así fue como Dios empezó la creación del mundo.


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Serenidad, ahora









Según estudios, los emprendedores somos más volátiles que el resto de la población. De cierta manera es lógico. ¿Qué persona con una mente sana deja atrás lo seguro para lanzarse a la incertidumbre?




Adina Chelminsky






Quien haya dicho que el ser humano es el único animal racional, no me conoce enojada.

Raras veces me enojo, pero cuando lo hago pierdo la vertical totalmente y llego a decir o hacer cosas de las que me llego a arrepentir.

Espero jamás haberle faltado al respeto a nadie, pero actúo de manera radicalmente diferente a la que lo hago en momentos de calma, pero en el contexto del enojo la forma en la que lo hago es menos óptima. Y como bien sabemos, forma es fondo.
Sé que no estoy sólo en este punto… En diversos estudios se confirma que los emprendedores somos más volátiles en carácter que el resto de la población. De cierta manera es lógico. El ser emprendedor parte de la irracionalidad. ¿Qué persona con una mente sana deja atrás lo seguro y conocido para lanzarse, muchas veces sin paracaídas, a la incertidumbre de abrir un nuevo negocio?
Aun así el poder controlar el carácter en momentos de enojo es fundamental para el bienestar de largo plazo de la empresa y el cuidado de la propia salud. El mandar a un cliente potencial irrespetuoso, a un proveedor incumplido o a un socio desesperante de puntitas a la... puede ser un desfogue necesario, pero atenta contra el principio básico del emprendedurismo: el negocio primero.
Ojo, esto no quiere decir que debemos soportar malos tratos, malas condiciones, incumplimiento o falta de respeto y seriedad.
Simplemente que antes de perder la calma hay que establecer la estrategia que consiga los resultados que quieres obtener. Como bien decía a Sun Tzu: La mejor batalla es la que no se libra.
Cómo poder mantener el enojo fuera de la ecuación del negocio. Aquí algunas recomendaciones (más allá del típico consejo de “cuenta hasta 10” que en mi caso es siempre “1… 2… 3… 4… 5… 6… 7… 8… 9… 10… aaaaaaaaarrrrggggg”).



• Por más difícil que sea recuerda que nada es personal. La actitud de la gente (por más desquiciante que sea) tiene que ver con diferentes maneras de hacer negocio, carácteres personales, malos entendidos o falta de profesionalismo, no con una vendetta en tu contra. Por más difícil que sea, más aún cuando tienes una inversión emocional tan alta en tu negocio, no consideres que las malas actitudes están dirigidas hacia ti.

• No dejes para mañana lo que puedes criticar (y arreglar) hoy. La mayor parte de los problemas no nacen de la noche a la mañana. Tienen que ver con pequeños detalles que se van acumulando hasta que explotamos. Detalles que en su momento consideramos demasiado pequeños para atender o para tratar con la otra persona, pero que cuando se acumulan se convierten en nucleares. Procura arreglar cualquier malentendido, por pequeño que sea, en el momento que ocurra para evitar que se repita y/o se acumule.

• No niegues el enojo… Sólo cambia tu reacción ante él. El repetir “no me voy a enojar…no me voy a enojar” es como una olla exprés: eventualmente vas a explotar. Si el enojo es inminente, acéptalo y en la medida de lo posible aléjate para controlar tu reacción. El decir “estoy muy enojado, en un momento regreso” es mucho mejor que hacer la escenita enfrente de todos. Aléjate de tu teléfono, computadora o cualquier medio de comunicación. Si quieres escribir un correo electrónico con una queja, por ejemplo, no lo hagas en la computadora (cuando en cuestión de segundos puedes apretar “enviar”) sino en papel para poderlo leer y releer antes de enviarlo.

• Por favor y Gracias. Parece ridículo recordar los buenos modales en estos momentos, pero son fundamentales. Recuerda que “el que se enoja, pierde” y al usar buena educación, automáticamente hace que las muestras de encono bajen. Las mismas acciones que tomas enojado las puedes tomar de manera calmada y educada, y de esta manera van a tener un mejor efecto en la gente y tú vas a tener mucho menos de qué arrepentirte después.



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¿A qué edad?

Recuerden que cada niño es diferente, por lo que esta es una guía que se debe adaptar a los intereses, capacidades y ritmo de desarrollo de cada hijo en particular.

Parte II de III

Una de las mayores dudas financieras de los padres es a qué edad enseñarle qué a los hijos. Esta es la segunda parte de una guía concisa de lo que los niños deben aprender a cada edad.

La primera parte, la que abarca la época de los tres a los ocho años pueden consultarla en el archivo de la sección de opinión de www.excelsior.com.mx.

Recuerden que cada niño es diferente por lo que ésta es una guía que se debe adaptar a los intereses, capacidades y ritmo de desarrollo de cada hijo en particular.

(Felices vacaciones a todos).

Nueve a 11 años

-Los preadolescentes deben empezar a hacer, y a seguir, un presupuesto personal con base a lo que quieren, lo que necesitan y la cantidad de dinero que reciben; sin olvidar destinar una cantidad para el ahorro. Elaboren juntos este presupuesto y revísenlo, y hagan ajustes, cada tres o cuatro meses.

-Saber la dinámica de las deudas. Si tus hijos quieren algo que no pueden comprar con su semana o necesitan dinero “prestado” considera hacerles un préstamo fijando estrictamente la cantidad que deben repagar cada semana (no condones ni un centavo) y, si lo consideras prudente, una pequeña cantidad de interés. Esto no es para que tú “hagas negocio” sino para enseñarles dos lecciones: la primera, sopesar si lo que quieren comprar realmente vale la pena y, la segunda, aprender sobre el costo real que tiene pedir dinero prestado.

-Esta también es una buena edad para empezar a ganar dinero adicional a su semana mediante trabajos extras dentro del hogar (ojo: esto no los excluye de sus responsabilidades gratuitas), actividades como organizar los álbumes familiares o arreglar semanalmente el jardín. Todo dinero que reciban debe seguir la misma dinámica de su domingo: una parte al ahorro, otra al gasto y una a la beneficencia.

-Fortalecer la responsabilidad social. A esta edad los donativos deben darse de manera estudiada y comprometida: que elijan ellos mismos a dónde quieren aportar y, si es posible, participar también donando su tiempo.

-Reforzar el diálogo y la crítica sobre el efecto que tienen los medios de publicidad en sus decisiones de compra y, ahora, empezar a discutir el factor de presión social; enseñarles a los niños que, aun si todos sus amigos compran o tienen un objeto no implica que esto sea lo correcto o lo que ellos pueden tener.

12 a 14 años

-Esta es una buena edad para empezar a ganar su propio dinero realizando actividades afuera de la casa (con vecinos o familiares). Enfatizando también que todo el dinero que ganen debe repartirse entre gasto, ahorro y ayuda.

-Idealmente los jóvenes deben poder solventar —por medio de sus ingresos, ya sea el dinero que tú les des semanalmente o del trabajo—todos sus gastos personales. Obviamente omitiendo los que son responsabilidad de los padres (escuela, actividades familiares, casa, comida, ropa en medida).

-Incentiva un mayor ahorro. Establece un plan en donde tú iguales la cantidad que ellos ahorren.
—Incluye a tus hijos en las decisiones de compra del hogar, sobre todo de productos “mayores” como un coche o una computadora. Platiquen cuál de todas las opciones les conviene, si vale la pena pagar más por ciertas características y busquen juntos el lugar en donde puedan comprar el producto al mejor precio.
Oye todas sus opiniones, probablemente te sorprenda el input que él o ella te puede dar.
-Enfatiza y refuerza lo nocivo que es ceder a la presión de grupo. Pero recuerda, por más que hables del tema la mejor manera de que tus hijos no caigan en el ovejismo es educándolos con buena información, alta autoestima y teniendo oídos abiertos para escuchar sin juzgar.
La próxima semana continuaremos con la edad del terror… digo, el manejo del dinero en plena adolescencia.

*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
adina@doktordinero.com/
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En Twitter: @caymill



¿A qué edad?

Cada niño es diferente, por sus intereses, habilidades y ritmo de desarrollo.

Es importante que los pequeños aprendan a distinguir el valor de cada billete y moneda.

Parte I de III

Una de las dudas más grandes de los padres, en lo que a educación financiera se refiere, es a qué edad hay que empezar a enseñarles a los hijos ciertas habilidades. Así es que en honor al “mes del niño” (que espero pueda ser, en vez, el mes de la educación financiera infantil) he aquí una guía rápida y concisa, en tres partes por cuestión de espacio, la que desgloso las habilidades financieras que los niños tienen que aprender a cada edad.

Mucho ojo: Cada niño es diferente, por sus intereses, habilidades y ritmo de desarrollo. Más que buscar “palomear” esta lista de actividades a la edad marcada, busca que tu hijo esté bien preparado para entenderlas. Incluso entre hermanos el ritmo de aprendizaje financiero es diferente.


Tres a cinco años

—Aprender el valor de cada billete y moneda y cuál de ellos es mayor o menor (este billete es de 20 pesos y este es de 200, el de 200 es más que el de 20).

—Saber cuál es el origen del dinero. Establecer una relación directa entre papá y/o mamá que trabajan y que, por lo tanto, la familia tenga dinero para gastar.

—A esta edad es ideal que tus hijos sean “pasajeros” en tus actividades financieras; que te acompañen y vean la dinámica del banco, el supermercado, el cajero automático…

—Dialogar constantemente con ellos para que distingan entre la verdad y la “mentira” de los anuncios de televisión y de otros medios publicitarios.

—Rompe el pensamiento mágico… poco a poco. Es maravilloso creer en Santaclós, los Reyes Magos y el ratón de los dientes (así como que el dinero crece en los árboles), pero estas fantasías tienen que ser sustituidas paulatinamente por la realidad: es el dinero que ganamos el que permite comprar estas cosas y ese dinero tiene un límite que no está sujeto a si te portas bien o mal, sino a la cantidad que podemos/queremos gastar.

Seis a ocho años

—Empezar a recibir una cantidad semanal con la condición de que una parte debe ser ahorrada, otras gastada y destinada a fines benéficos (ve el recuadro siguiente para más consejos sobre cómo hacerlo correctamente).

—Aprender a dar donativos: una parte de su semana debe ahorrarse y destinarse a compartir con instituciones de beneficencia.

—Abrir su primera cuenta de banco en la que cada quincena o cada mes depositen sus ahorros. Tan pronto como puedan hacerlo deben ellos mismos hacer el depósito y leer, mes a mes, su estado de cuenta en donde tú debes hacer especial énfasis en los intereses ganados.
—Empezar a hacer transacciones solos: si salen a tomar un helado o van de compras, por ejemplo, que ellos pidan la cuenta, la revisen, la paguen (aun cuando tú les des el dinero) y reciban correctamente el cambio.
—Ésta también es una buena edad para empezar a distinguir entre necesidades y necedades (una habilidad que muchos adultos no tenemos). Cada vez que tu hijo te pida que quiere algo pregúntale si es algo que realmente va a hacer una diferencia o es un simple capricho. Aun cuando al principio te contesten que tooooodo es necesario, la constante pregunta les hará empezar a formar una opinión más crítica.
—Enfatizar que aun cuando hay cosas que se pueden comprar (porque el dinero alcanza) no forzosamente son cosas que se deben comprar (porque no son apropiadas, porque realmente no se necesitan, porque no son compatibles con los valores de la familia…).
Continuaremos la próxima semana con la educación financiera a partir de los nueve años.

*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
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La mala educación

El enseñarle a los hijos a manejar su vida financiera es el mejor regalo que les podemos dar.

No importa lo que quieran ser de grandes, lo que importa es que aprendan a administrarse.

Abril es el “mes del niño”. Como se pueden imaginar mis lectores, el Día del niño es uno de los tantos que no celebro y que, inclusive, me molesta por el énfasis que se pone en el festejo material.

Desde principios de mes, los pasillos de juguetes de las tiendas se abarrotan de lo último, lo mejor, lo más deseado para agasajar a los reyes del hogar. Todo disponible a meses sin intereses, con pagos pequeñitos y crédito fácil. La presión que hay a los padres por gastar y no quedarse atrás en los regalos que les compramos a nuestros hijos es enorme. Y particularmente irónica, pues es un momento en el que cada vez más familias enfrentamos más presiones financieras.

Podría omitir hablar del día. Sin embargo, quiero aprovechar este “festejo” para hacer énfasis en uno de los temas que más me importan en mi vida profesional: la cultura financiera infantil. Durante todo el mes de abril dedicaré mi columna a hablar de los niños y el dinero. Creo que el enseñarle a nuestros hijos a manejar su pequeña vida financiera es el mejor regalo que les podemos dar.

El dinero es el último tabú que existe en el siglo XXI. Basta prender la televisión en cualquier canal infantil para confirmar que el día de hoy cualquier tema es “apropiado” (lo sea o no) para los oídos de los niños.

En el currículum obligado que tenemos que seguir como padres nos aconsejan de manera enfática a hablar con nuestros hijos, desde la más temprana edad, sobre los peligros del cigarro y de las drogas, sobre el uso adecuado del alcohol y sobre la sexualidad responsable. Incluso en las escuelas estos temas forman parte del material curricular y extracurricular que se les enseña a los niños.

¿Y de dinero? En qué momento se nos orienta como padres o a los educadores para hablar de consumo responsable, del buen uso de las tarjetas de crédito, de la manera correcta de hacer un presupuesto o de la mejor manera de elegir un instrumento de inversión.

La falta de cultura financiera que tenemos como adultos viene en parte del silencio en torno al dinero, que en la escuela y en la casa, se perpetuó. Crecimos en un mundo en donde hablar de dinero era de mala educación, casi como masticar con la boca abierta. Hacerlo demostraba materialismo y frialdad. Definitivamente un tema no apto para la conversación de la mesa. No es de extrañarse que hoy, como adultos, enfrentemos los problemas financieros como los enfrentamos. Muchos de ellos a causa de simple desconocimiento del manejo básico del dinero.

Creo que es tiempo de romper este círculo vicioso y traer el tema del dinero al ámbito familiar y empezar a enseñar a nuestros niños sobre el dinero. Porque no importa que es lo que nuestros hijos quieran ser “de grandes”, una de las armas más importantes que van a necesitar todos es la del conocimiento financiero. El mundo del dinero se está sofisticando y sólo en la manera en que nuestros niños sepan manejarlo se van a poder integrar al mundo laboral y van a poder hacer sus sueños realidad. Sean sus sueños como profesionistas, emprendedores o am@s de casa.

Como padres nos cuesta hablar de dinero parte por el desconocimiento que nosotros tenemos sobre el tema y parte porque hablar de dinero es, también, hablar de muchísimas cosas. De valores, de éxito y de fracaso, de carencias, de sueños a veces incumplidos, de inseguridades, de la definición de éxito que, sentimos, debe tener la vida.

Es momento de empezar a hablar. Hablar de dinero, tanto en los conceptos abstractos como en lo que se refiere a la situación particular de cada casa.

Durante todo este mes, esta columna, así como la cuenta de Twitter (@caymill) y el blog (www.cabronaymillonaria.blogspot.com) estará contestando las preguntas que tengan sobre los niños y el dinero (Cómos, cuándos, dóndes y por qués). Les pido me manden sus dudas por cualquiera de estos medios y que empecemos a hablar de dinero en la mesa de la casa. Esa es la buena educación.

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Cómo donar con la cabeza

Si se trata de obsequiar, la mejor manera de marcar una diferencia en esta materia, es ofreciendo sus servicios profesionales o lo que usted sabe hacer mejor en pro de sus semejantes.

Hola, Doktor Dinero. La semana pasada en esta columna mencionaste algo sobre ser “un donador inteligente”. ¿A qué te refieres con eso?

Bien decían los chinos que “más vale prender una pequeña vela que maldecir la obscuridad”. En el mundo de hoy, particularmente en nuestro país, podemos tomar la actitud de criticar todas las necesidades y vacíos o la de involucrarnos para resolverlo. Ojo no digo que la crítica se mala, al contrario. Pero muchas veces es, aún más importante, acompañarla de acción.

Volteamos a ver las enormes necesidades que existen cerca y lejos y, muchas veces, por más que queremos hacer algo, nos paralizamos: “No se a donde dirigirme”...”seguro se lo roban”... “Lo poco que yo puedo dar no va a hacer ninguna diferencia”; y minimizamos lo que podemos hacer.

Tristemente es un hecho que existen charlatanes que se aprovechan de nuestros donativos o incluso instituciones honestas y bien intencionadas, pero que, por falta de experiencia o algún otro factor, no hace buen uso de los recursos que les donamos.

Por lo tanto, es muy importante tomar ciertos pasos para asegurar que la experiencia de dar sea no sólo provechosa para quien recibe el donativo sino también para nosotros, lo que nos incentive para seguir dando. Eso es ser un donador inteligente:

¡Actúa ya!: No importa cuanto dones, tu granito de arena SÍ hace una diferencia. Elige una o dos instituciones cercanas a tu corazón y destina a ellas tus recursos disponibles. Procura aportar cantidades moderadas que te permitan repetir constantemente tus donativos.

Investiga antes. Busca, a través de la página de la CEMEFI la veracidad y registro de la institución a la que quieres donar y asegura que sea una donataria autorizada ante la SHCP (esto se puede hacer en la página del Servicio de Administración Tributaria HYPERLINK “http://www.sat.gob.mx” www.sat.gob.mx). Esto no es una garantía de la inteligencia de la institución en el manejo de recursos, pero por lo menos te da un parámetro legítimo para asegurarte de que tu donativo está siendo utilizado por una institución que se somete a cierta vigilancia.

Pide información directa: Cualquier organización de beneficencia debe apelar a tu corazón, pero también a tu cabeza. Como donante estás en todo tu derecho de exigir información clara y transparente sobre el uso del dinero que reciben (idealmente contar con estados financieros auditados), la viabilidad de los objetivos que persiguen, las políticas que manejan y el resultado de sus programas. Duda de cualquier institución que te niegue proporcionar esta información o que te presione para donar alguna cantidad que no quieras o por un medio demasiado “extraño”.

En especie: Definitivamente el dinero es lo que mejor pueden aprovechar las organizaciones, pero muchas veces la ropa, los enseres domésticos (desde vajillas hasta lavadoras) y otros artículos también pueden ser de gran utilidad. Antes de donarlos pregunta directamente si son útiles; lleva en mente que las instituciones de beneficencia no son basureros, selecciona muy bien los productos que vas a donar y asegura que estén en buenas condiciones.

En tiempo: Donar recursos es muy necesario, pero nada sustituye la diferencia que puede hacer nuestro actuar. Date la oportunidad de poder dedicar unas horas cada semana a participar directamente en causas benéficas. Adiós a la idea de que lo que tienes que hacer es rellenar emparedados o pararte en una esquina a recolectar fondos, la mejor manera de marcar una diferencia es ofreciendo tus servicios profesionales o lo que sabes hacer; los abogados pueden ayudar en la resolución de trámites legales, los contadores o administradores en la organización financiera, o si gustas de cocinar puedes impartir clases u organizar la cocina de algún albergue.

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Niños donando
Enseñemos a nuestros hijos a ser altruistas de por vida y comprometidos con las enormes necesidades de un país como el nuestro, pero antes debemos decirles cómo hacerlo.
Doktor Dinero: Cada cierto tiempo en el preescolar de mi hijo se pone de moda que las mamás inviten a la fiesta de cumpleaños de su retoño con una nota al estilo: “Mi hijo decidió donar todos sus regalos, así que les pido de favor que en un sobre cerrado pongan la cantidad que quieran donar”. ¿Es una buena manera para enseñarle a mis hijos a donar? ¿Me aconseja hacer lo mismo? Gracias, CC
Más que admiración por el loable esfuerzo, este tipo de peticiones me dan un poco de risa. Me queda claro que el niño de cinco años no decidió donar absolutamente nada (a estas edades la conciencia de la responsabilidad social todavía no le gana, ni tantito, a la emoción de recibir regalos de cumpleaños). Es, simplemente, una manera para que los papás demuestren en público y ante los ojos de los demás, los buenos valores que les están inculcando a sus hijos. Lo peor es que, después, otros papás copian este ejemplo no queriéndose quedar atrás. Narciso en piel de oveja.
Ahora, uno no es nadie para juzgar la educación financiera que otros deciden dar a sus hijos pero, como profesional en educación financiera, creo que es importante dar consejos reales de cómo, y cómo no, se les debe enseñar a los niños a ser donadores. Entendiendo que, a esta edad, los niños deben aprender a donar no por el monto que aportan sino por crearles un hábito que los incentive a tener una conciencia social de por vida.
La primera regla para criar un donador es que el donar debe ser algo que se sienta, pero que no duela. Lo que duele no se repite.
El acabar una fiesta sin regalos (sin importar cuántos juguetes ya tengas en casa) no da a los cinco años ningún tipo de satisfacción.
Obviamente, un niño pequeño siempre va a decir que está convencido de la decisión que tomaron papá y mamá respecto a donar todos sus regalos. A esa edad los niños son muy enfáticos en querer cumplir las expectativas que los adultos tienen de ellos (aunque no las compartan o, incluso, no las entiendan). Pero, en realidad, un niño que a esa corta edad se ve obligado/incentivado a regalar todos sus presentes sólo recuerda el mensaje de que donar es algo espantoso.
¿A poco papá o mamá donan todo su sueldo o todo su bono anual o todos sus regalos del día de las madres o de cumpleaños?
Segundo, donar efectivo a tan corta edad limita el mensaje principal de los donativos. Donar implica dejar algo que es necesario/importante para ti a favor del bienestar de alguien que lo necesita más. Los niños tan pequeños no tienen ni el apego al efectivo ni la conciencia real de su valor. Cierto, en términos reales donar efectivo es mucho más provechoso pero el niño no relaciona tan cercanamente su impacto.
Mucho mejor idea es que el niño de edad preescolar o en los primeros años de primaria, reciba regalos físicos y que él decida cuáles de ellos (una parte determinada y no sólo los que no le gustan) quiere compartir con alguna organización que se dedique, de preferencia, a una causa con la que el niño tenga una conexión emocional.
Ahora, conforme los niños crecen el donar efectivo y renunciar a las cosas que se pueden comprar con él es una buena idea, siempre y cuando sea iniciativa del adolescente y que la cantidad del compromiso no los ahogue para que se queden con ganas de repetirlo constantemente. Conforme los niños crecen tienen también que aprender las bases de los donativos inteligentes que implican revisar las finanzas, fines y medios de la organización a la que se dona y deben involucrar no sólo sus bienes materiales sino, también, su tiempo y trabajo.
Por último, debemos enseñar a los niños a donar con el ejemplo del silencio. El donar no se debe hacer por la coba o por el reconocimiento que se obtiene de otros sino por la propia convicción de que se está haciendo lo correcto sin la necesidad de que nadie admire nuestra bondad. Organizar un proyecto familiar privado y sin anuncios a los demás, en donde toda la familia se involucre en aportar fondos y trabajo y a aprender lo que hace la organización es quizá la mejor lección de todas.
Enseñemos a los niños a ser buenos donadores, donadores de por vida comprometidos con las enormes necesidades de un país como el nuestro. No lo hagamos simplemente por satisfacer nuestro ego o por el “reconocimiento” que vamos a obtener en los ojos de los demás. Eso es una payasada.
*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
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Adina Chelminsky





Cómo reaccionar cuando el universo te da una lección

Muchas veces se pasa por experiencias que dejan mucho que rememorar y que nos enseñan a ser más humildes, a trabajar más en equipo, a mejorar nuestro desempeño y a recordar que las venganzas son algo que no debe ocurrir nunca, pues sólo se crea un círculo vicioso.

Para @Don_Rambaro.




Érase en la época jurásica (bueno, no tanto, pero sí en el pasado lejano, cuando existía Enron, las torres gemelas y Lehman Brothers) que yo era una analista minúscula en el área de estrategia financiera de una gran casa de bolsa.
Mis labores eran meniales, mis errores, personales y profesionales, profundos, y las lecciones que recibí, también profesionales y personales, enormes.
El problema de trabajar en el medio financiero, particularmente en esa oficina, eran las políticas implícitas de género. Para los hombres (la mayoría de mis jefes y colegas) eras un pollito en rostizador y para las poquísimas mujeres era un obstáculo a pisar. Aun cuando ellas estuvieran en un puesto de mando, la capacidad de hacer equipo honesto y frontal era nula. La humildad inexistente.
Por razones ajenas a estas políticas (o quizá no), dejé el trabajo y emprendí el camino profesional que hoy curso. Grande fue mi sorpresa cuando, siete años después de haber dejado el banco, uno de mis ex superiores, quien había sido muy poco frontal conmigo, me mandó su currículum pidiendo ayuda para conseguir otro trabajo.
Tengo que aceptar que la primera reacción fue una enorme sonrisa y agradecimiento al karma del universo. Pero, después del ataque inicial de ego, me di cuenta de la cantidad de lecciones profesionales que esta anécdota encierra. Lecciones que tienen que ver con el trabajo y, por ende, con nuestra capacidad de generar ingresos, que es después de todo la bisagra en la que se sustentan las finanzas personales.
Así que estas son algunas de las lecciones que espero puedan servirnos a todos para desempeñar un mejor trabajo y, por ende, a tener la posibilidad de generar mayores ingresos:
Primero, la importancia de la humildad. Lo que asumimos, sobre todo en las culturas latinas, como una marca de debilidad es, a fin de cuentas, una de las características más importantes de un líder exitoso. Hace unos años el Harvard Business Review publicó un estudio llamado El triunfo de la humildad y el empeño, en donde inequívocamente marcan que el líder humilde es más efectivo en su desempeño, en sus resultados y en los resultados de su equipo de trabajo.
Fomentar la humildad propia y de nuestros subordinados (porque seamos sinceros, nuestros jefes no nos van a hacer caso) es algo que debemos enfatizar de la misma manera en que enfatizamos los resultados técnicos y operativos.
Segundo, la importancia de aprender a hacer equipo. Una habilidad que, sobre todo las mujeres, tenemos muy poco y mal aprendida. El hacer equipo se piensa como un bemol en el desempeño y los resultados.
Pensamos que nuestro desempeño particular brilla menos si formamos buenos equipos, esto es falso. Saber hacer equipo denota a los integrantes como personas inteligentes y preocupadas por la empresa en donde trabajan.
El hacer equipo no sólo repercute en la manera en que nos desempeñamos en un trabajo, sino también en la relación que podemos mantener con ex jefes o ex colaboradores quienes nunca sabemos cuándo vamos a volvernos a topar o a necesitar de su ayuda.
Por último, la venganza, por más tentadora que sea, no tiene ningún lugar en el ámbito de trabajo. No sólo no sirve de nada, crea, además, un círculo vicioso de repercusiones que sólo demuestran falta de seriedad y madurez.
Diez minutos después de recibir el currículum, lo reenvié a todos mis allegados, con unas palabras reales y honestas de su capacidad profesional (es más, si alguien de mis lectores está interesado en una estupenda analista y relationship manager del medio financiero, les pido se pongan en contacto conmigo).
Uno nunca sabe cuándo va a ser uno el que necesite una mano amiga para conseguir empleo. El karma existe. Comprobado.

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*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
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Dime rápido cómo invertir

Jamás selecciones instrumentos que no sabes cómo funcionan, esto incrementa el riesgo al que expones tus recursos. La ignorancia es la manera más fácil de perder tu dinero. Si te interesa un producto “diferente”, preocúpate, primero, por entender de qué se trata.

Tercera y última parte

Esta es la última parte de los necesarios mandamientos del inversionista, los primeros siete puedes consultarlos en www.excelsior.com.mx

8. No jugarás juegos que no sabes jugar. Te presumen que comprar derivados del dólar neozelandés es la mejor inversión de la vida, pero tú no tienes ni la menor idea de lo que es un derivado… ¡Alto!

Jamás inviertas en instrumentos que no sabes cómo funcionan; esto incrementa el riesgo al que expones tus inversiones: La ignorancia es la manera más fácil de perder dinero. Si te interesa invertir en un instrumento “diferente” del que estás acostumbrado, preocúpate, primero, por entender de qué se trata y los riesgos que implica y, después, invierte en él una cantidad de dinero mínima para poder ir, poco a poco, entendiendo en la práctica cómo funciona.

9. Buscarás asesoría. El número de opciones e instrumentos de inversión que hay en el mercado es enorme, y cada día crece más. Contar con una persona que te oriente en qué y cuándo comprar y cuándo vender es, más que un lujo, una necesidad.

10. No buscarás el último centavo. Invertir es algo que se debe de hacer con la cabeza, no con el corazón. Que no te gane la codicia; no arriesgues los pesos ganados en busca de algunos centavos adicionales. Cada vez que compres un instrumento, ten en mente un límite de ganancia (precio objetivo), y uno de pérdida (stop loss); en el momento en el que el precio del instrumento toque alguno de los dos extremos, véndelo; ya sea porque dio buenos frutos, o porque ya no quieres seguir perdiendo. Evita perder tiempo (y dinero) tratando de esperar el punto máximo para vender o el mínimo para comprar; los mercados se mueven con una rapidez sorprendente y no siempre en la dirección esperada.

11. No pretenderás inventar el hilo negro. Muchos asesores o gurúes financieros presumen poseer un “sistema o teoría infalible” para ganarle al mercado (mismo que puede ser tuyo por una módica cantidad). ¡No lo creas! No existe tal piedra filosofal. El único secreto comprobado para tener éxito es seguir una estrategia disciplinada y metódica que se vaya adaptando al movimiento y las tendencias de los mercados, al cambio de tus necesidades a lo largo del tiempo, y a que ésta te dé resultados moderados, pero consistentes. Los mercados financieros no son el lugar para hacerse millonario (pretender esto expone tu portafolio a una enorme cantidad de riesgo), sino un arma para maximizar el valor de tu patrimonio.

12. JAMÁS pensarás que hay tal cosa es como un almuerzo gratis. Esta famosa frase del pensamiento económico adquiere un significado especial cuando de inversiones o instrumentos financieros se trata: Si te ofrecen, u oyes anunciado, algún producto o servicio financiero (una cuenta o un crédito, con “cualidades únicas y excepcionales”) lo primero que debes hacer es prender el escepticismo. Pregúntate qué hay detrás de esas tasas increíbles o esas condiciones sin precedente; quizá sean comisiones escondidas o restricciones particulares, o tal vez aplican sólo si compras productos adicionales que no quieres y/o no necesitas. Esto no implica que rechaces automáticamente esa oferta, sino que la estudies con los ojos bien abiertos. En el mundo financiero es particularmente importante ser un consumidor informado.

*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
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Dime rápido cómo invertir

Elegir un poco de todo permite, a largo plazo, conseguir mayores rendimientos con menor riesgo. Si un instrumento financiero tiene resultados desfavorables, se compensa con la buena evolución de otros.

Segunda de I I I
Continuemos con los mandamientos del inversionista (los primeros tres los pueden consultar en
www.excelsior.com.mx)

4. No pondrás todos los huevos en la misma canasta. El secreto más conocido, y muchas veces omitido, de los inversionistas exitosos es una palabra: diversificar. Esto significa repartir el dinero entre instrumentos financieros de diferentes características: un poco en acciones, un poco en bonos; un poco en largo plazo, un poco en corto; un poco en acciones de “valor”, otro poco en acciones de “crecimiento”; un poco en instrumentos en dólares…
Elegir “un poco de todo” te permite, en el largo plazo, conseguir mayores ganancias y menores riesgos, ya que en caso de que alguno de los instrumentos que elegiste tenga resultados desfavorables, podrás compensarlo con la buena evolución de otros.
La diversificación la debes hacer según tu perfil de inversionista y las condiciones económicas y financieras del momento, eligiendo entre instrumentos de diferentes mercados (acciones, renta fija, derivados, dólares, etcétera), de varios plazos (corto, mediano y largo) y de distintas características (un poco de acciones de empresas de telecomunicaciones, otro poco de empresas comerciales, por ejemplo). Mucho ojo, diversificar no implica pulverizar tu portafolio. No es cuestión de elegir decenas de productos diferentes nada más por tener diversidad, sino encontrar una combinación de instrumentos que se complementen entre sí. Es mejor elegir entre cinco o siete instrumentos que se optimicen mutuamente, que un portafolio de 25 inversiones diferentes que no tenga ni ton ni son.
5.-Reinvertirás tus utilidades. La mejor manera de maximizar la ganancia de tus inversiones es reinvirtiendo las utilidades. Si tienes un bono u otro instrumento que te da ganancias periódicas (cupones, intereses, dividendos), no lo gastes; en vez de eso, opta por, ya sea en su totalidad o por lo menos en una parte, junto con el resto de tu dinero para, literalmente, poder obtener intereses de tus intereses.
Toma en cuenta este sorprendente ejemplo: Imagina que tienes un bono de diez mil pesos invertido a 20 años a una tasa de 6%, por lo que anualmente recibes 600 pesos de interés.
Si gastas este dinero cada vez que te lo entregan, al final del plazo habrás gastado un total de 12 mil pesos (600 pesos x 20 años), pero si reinviertes estos intereses año con año, a la misma tasa de interés que el instrumento original, al fin del plazo contarás con 22 mil 87 pesos adicionales.
6.-No olvidarás los centavos. Cuando decidas comprar o vender algún instrumento, fíjate muy bien en los pequeños gastos; en estos centavos se puede marcar la diferencia de lo que ganas: los costos de la transacción (que pueden variar según diferentes escenarios), las comisiones y/o los impuestos que te pueden generar.
7.- Cambiarás según tu edad. No es lo mismo un inversionista exitoso que veinte años después. Más que cualquier otro factor, tu portafolio de inversión debe reflejar las necesidades propias de tu edad. El riesgo y, por ende, el tipo de inversiones que puede asumir un joven soltero de 30 años, que tiene 30 o 35 años de ingresos por delante, no es el mismo que el de un adulto de 60 que esté a pocos años de retirarse. Existen diversas fórmulas para definir, según tu edad y tu perfil de inversionista, cuál es el porcentaje de tu dinero que debe estar invertido en instrumentos de renta fija (como bonos o fondos de inversión de deuda) y el porcentaje que debe invertirse en renta variable (acciones, fondos de inversión de renta variable e instrumentos especulativos).
Independientemente de si quieres seguir al pie de la letra los parámetros del recuadro siguiente, es un hecho que tus inversiones deben volverse más conservadoras con el paso de los años.
Los 5 mandamientos restantes continuarán la próxima semana.
*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
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Adina Chelminsky

Toda estrategia debe estar hecha de acuerdo con las características y necesidades particulares del interesado, a fin de crear su propio perfil.


Primera de III partes



Para @cafefenix porque preguntó


Muy seguido, más aún con los medios tecnológicos de la época moderna, recibo peticiones de gente que no conozco sobre consejos puntuales de cómo o dónde invertir. Algo así como las consultas de banqueta que les hacemos a los doctores. Yo y mis colegas financieros vivimos exactamenet lo mismo. “A ver rapidísimo dime cual es el mejor fondo” o “explícame en un tweett como invierto en la bolsa”.

Rara vez contesto directamente a estas preguntas (siempre trato de agradecer la pregunta) porque dar respuesta a estas peticiones no sólo es extremadamente difícil, también puede rayar en lo irresponsable. El mandar una recomendación financiera a alguien que no conoces, que no sabes ni sus circunstancias ni sus necesidades, puede ser más que una ayuda, un terrible daño. En cuestión de finanzas personales es tan importante la teoría como la manera en que cada quién lo aplica a su vida particular.

Quizá mi frase favorita de Warren Buffet es la respuesta que le dio al reportero que le dijo “Sr. Buffet, ¿me puede dar en una frase el secreto de su éxito como inversionista?” A lo que el gran Warren contestó: Joven, el secreto para ganar dinero en las inversiones se lo puedo dar en una frase “compre barato y venda caro”. Ahora, para saber que es comprar barato y que es vender caro se necesita toda una vida.

Sin osar compararme en lo más mínimo con WB, me gustaría sintetizar lo que yo considero las bases para empezar a aprender de inversiones. Ojalá y todos los que lean las puedan aplicar de la mejor manera posible a SU vida en particular. Obviamente, sigo abierta para cualquier pregunta o duda o cuestionamiento que cualquiera de ustedes pudiera tener. Ya sea vía esta página, correo electrónico o Twitter (@caymill).

Yo los llamo los “12 mandamientos de la inversión” (ya sé, deberían ser diez, pero no pude resumir)

1. Invertirás según tu perfil. No todas las inversiones son para todas las personas; el mismo instrumento que puede ser ideal para un joven soltero y agresivo puede convertirse en un peligro dentro del portafolio de un adulto mayor, retirado y conservador.

Toda estrategia de inversión debe estar hecha de acuerdo con tus características y necesidades particulares, o sea, a tu “perfil de inversionista”, el cual depende de:

Tu edad y condiciones. Mientras más joven seas, y más tiempo falte para tu retiro, mayores riesgos puedes asumir en tus inversiones. Por el contrario, mientras más responsabilidades tengas, más conservadoras deben ser tus decisiones.

Lo que piensas hacer con el dinero. No es lo mismo diseñar una estrategia para pagar la universidad de tus hijos (un gasto fundamental) que el que necesitas usar para un viaje.

Tu carácter. Hay personas que naturalmente toleran (es más, buscan) mayor volatilidad en sus inversiones a cambio de mejores posibilidades de rendimientos, mientras que otras prefieren tomar decisiones más mesuradas.

2. Empezarás lo antes posible. Una persona de 45 años que invierte en una cuenta de banco 10 mil pesos, obtiene al momento de su retito (20 años después) 46 mil 609 pesos… Un joven previsor que a los 25 años invierte esa misma cantidad de dinero, bajo las mismas condiciones, obtiene al retirarse (40 años después) ¡234 mil 624 pesos!
La lección de este ejemplo es simple: El mejor aliado de un inversionista es el tiempo; el paso de los años permite al dinero invertido crecer de manera exponencial; no dejes para mañana lo que puedes empezar a invertir hoy.
3. Serás constante. Ahora, si el mismo joven del ejemplo anterior (el que empezó a ahorrar a los 25 años) además de previsor es constante y logra cada año invertir 10 mil pesos, al el momento de retirarse va a tener en su cuenta ¡3 millones 042 mil 435 pesos!
Otra lección evidente: cuanta mayor prioridad le des al ahorro y a la inversión a lo largo de tu vida, mejor —e incluso impresionantes— van a ser los resultados que obtengas. Pequeños ajustes o sacrificios en la vida diaria se acumulan, con el paso del tiempo, en grandes beneficios para tu patrimonio.
Los nueve mandamientos restantes continuarán en las próximas dos semanas.
Especialistas en finanzas personales.
Doktor Dinero
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Protege tus ahorros


Para los que están acostumbrados a vivir el presente, planear guardar dinero para su futuro puede llegar a complicarse cuando piensan en vivir sus “años dorados”.

Doktor Dinero: He ahorrado por años hasta que por fin tengo un pequeño “guardadito” con el que pienso vivir mis años dorados. Me ha costado tanto trabajo juntar este dinero que me da miedo que algo le pase.
¿Alguna sugerencia para poderlo conservar fuerte y sano?
Para una generación acostumbrada a preocuparse sólo por el presente, pensar, y más aún, ahorrar para el futuro, es una tarea que requiere un enorme compromiso, paciencia y dedicación.
La mayor parte de nosotros vivimos utilizando como mantras frases como “mañana será otro día” o “porque hacer hoy lo que se puede dejar para mañana”, y en consecuencia postergamos planear para tener un ahorro digno.
Incluso las mejores intenciones muchas veces pierden su camino.
Podemos empezar muy comprometidos a formar un pequeño “nidito” para el retiro (ya sea como apoyo a una afore o en sustitución de esta), pero poco a poco, conforme pasa el tiempo y se presentan otras opciones de gasto u otras “prioridades”, vamos perdiendo enfoque y dejamos de darle la importancia que requiere.
Si ya empezaste con una cuenta de ahorro para el retiro, te felicito, tienes ya una buen parte del camino andado, ahora pon énfasis en no cometer los siguientes errores para poder mantener tu dinero “fuerte y sano” y maximizar el provecho que vas a sacar en tus años dorados.
Error # 1: No seguir ahorrando. Aun cuando ya tengas el dinero que crees necesitar para tu retiro o estés muy confiado de poderlo obtener pase lo que pase, es muy importante que NO DEJES DE AHORRAR; el tener una cuenta cada vez más grande y fuerte te permite no sólo contar con mayores recursos monetarios para tu retiro, sino relajar un poco las expectativas que tienes en torno a los rendimientos que esperas recibir.
Si ya conseguiste la meta que tenías planeada para tu cuenta del retiro, lo que puedes hacer es relajar tus políticas de ahorro; por ejemplo, en vez de depositar en tu cuenta para el retiro 10% de tus ingresos, deposita cinco o siete por ciento.
Error #2: No cambiar tus inversiones de acuerdo con la edad. Conforme vas “envejeciendo” tu portafolio de inversiones debe ir mutando. Entre más se acerque la edad de tu retiro menor es el riesgo al que debes de exponer tu patrimonio con el fin de evitar sufrir un susto por algún revés del mercado. La teoría dice que debe invertir en el mercado accionario (o sea en instrumentos más riesgosos) un porcentaje equivalente a 100- tu edad. Cada cinco años reevalúa tu cuenta de retiro con el expreso fin de asegurar que poco a poco se vuelva más conservadora (ojo: debes revaluar cada año en base a otros parámetros).
Error #3: No Reevaluar. Cada seis o 12 meses debes sentarte a revisar tu portafolio de inversiones y preguntarte lo siguiente ¿me ha dado los rendimientos que esperaba? ¿los instrumentos en los que tengo invertido mi dinero tienen un potencial atractivo a futuro?, ¿es tiempo de vender algún instrumento y/o de comprar algún otro? Con base en lo que contestes rediseña tu portafolio de inversión para poder aprovechar al máximo las oportunidades del mercado.
…Pero también ten mucho ojo con reevaluar demasiado seguido, o sea estar saltando de una inversión a otra ante la más mínima señal del mercado, ya sea porque buscar especular expresamente o porque estás demasiado nervioso con algún evento o pronóstico. Esta es una estrategia extremadamente riesgosa que incrementa las posibilidades de equivocarte e impide que maximices los rendimientos de acuerdo con los plazos… Esto se puede considerar el Error #4: Brincar de una inversión a otra.
Error #5: No tener una cuenta de emergencia. Además de tus cuentas de ahorro debes contar con un dinero ahorrado para usarse sólo en caso de una eventualidad, como una enfermedad que te impida trabajar o un despido inesperado.
Debes mantener ahí dinero suficiente para solventar entre 3 y 6 meses de gastos y el dinero debe estar invertido en instrumentos extremadamente seguros y líquidos.
El no contar con esta cuenta te puede orillar a “echarle una manita” a tus ahorros para el retiro en caso de enfrentar algún desliz en la vida.

Aun cuando hoy sea difícil apreciar las ventajas que evitar estos errores puede tener, en un futuro, cada vez más cercano, vas a agradecerte el haberlos corregido.
*Especialista en finanzas personales. Doktor Dinero
adina@doktordinero.com
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OTRAS ENTRADAS:


Por qué odio el 14 de febrero


Por Adina Chelminsky


La máxima de “dime cuánto gastas y te diré cuánto me quieres” es una patraña que sólo tiene que ver con el consumismo. Me levanto de malas y como pasa el día me pongo de peores.

La columna más polémica que he escrito en este diario fue en mayo del año pasado cuando escribí las razones por las que pienso que el Día de las Madres no se debe de festejar. Y como soy un grinch democrático tengo que decir, también, que odio el 14 de febrero, día de la amistad, del amor, de San Valentín. Me levantó de malas y conforme pasa el día, y observo las dinámicas a mi alrededor me pongo de peor.
¿Tendrá que ver con un trauma preescolar cuando algún 14 de febrero nadie se acordó de mí? Quizá. Pero hoy por hoy lo que más odio es el énfasis que este día pone entre el amor y el dinero. Más que día del “amor y la amistad” es el día de “dime cuánto gastas y te diré cuanto me quieres.”
Podrá ser que nadie espere un diamante de ocho kilates ese día, pero todos esperan que el amor que la pareja siente se trauzca a pesos y centavos. Sea en una cena, unas flores, unos chocolates, etcétera… Todos a sobreprecio
La idea de tener que celebrar “el amor” en el día estipulado para eso se me hace manipulativa al máximo. “Es que es una oportunidad para demostrar cuánto nos queremos”. Patrañas. Eso se demuestra 365 días al año. No estoy en contra de agasajar a la pareja, pero sí por hacerlo para llenar un requerimiento.
Y luego entra en juego mi deformación profesional. El tema del dinero. La manera en que aún las personas más organizadas y prudentes en su gasto se desviven por encontrar y se endeudan al comprar ese regalo perfecto.
Financieramente el día del amor me molesta por las razones comunes, la presión por gastar, el sobreprecio de las flores, chocolates, globos y objetos similares, las expectativas de siempre recibir/dar algo mejor (independientemente de que financieramente sea un gasto que no se pueda hacer), pero también porque esconde varios vicios ocultos de las parejas mexicanas.
La falta de comunicación financiera es la primera causa de conflicto y divorcio de muchas familias. El mismo hombre que está en el puesto de flores comprando todas las rosas es el que sigue manejando su vida bajo el lema de “a las mujeres ni todo el amor ni todo el dinero.” La mujer que se pasas cocinando la cena ideal, que incluye el pastel de corazón abetunado, es la misma que hace robo hormiga del gasto de la casa. Un tercio de todas las parejas que cenan esa noche agarraditos de la mano son víctimas y victimarios de violencia económica (por dejar a un lado el resto de los tipos de violencia).
Irónicamente, el día que se celebra a la pareja es el día en que manejamos la dinámica de dinero menos productiva: tu me das a mí, yo te doy a ti. Poca importancia se pone en lo que hacemos nosotros, en a los objetivos comunes.
Sé que esta es una opinión difícil de compartir (acepto todos los comentarios y críticas siempre y cuando no sean anónimas), pero creo que entre la locura de las compras y festejos es importante reflexionar sobre lo que este día ofrece y lo que quita.
“Regale afecto no lo compre” ya es demasiado cliché para citar. Sin embargo, he aquí unas ideas de cómo realmente celebrar el amor este 14 de febrero: compren un seguro de gastos médicos, hagan o actualicen su testamento, empiecen a abrir una cuenta para usar como fondo de emergencia o para poner el enganche de una casa (y lo que se ahorren cada 14 de febrero deposítenlo, hacer un presupuesto conjunto y desenrollen los conflictos financieros que tanto daño nos hacen), tómense la noche para hacer un presupuesto conjunto y desenrollen los conflictos financieros que tanto daño hacen. En vez de gastar en regalos, paguen una parte de las deudas pendientes… En fin las opciones son muchas. Siempre y cuando el énfasis del gasto sea en el beneficio conjunto e inteligente.
¿Quieres un amor que perdure? Las rosas y los chocolates no sirven de mucho. En mi opinión la mejor manera de demostrar amor es construyendo la comunicación financiera y solucionando los problemas de dinero que existen en la pareja. Quizá el 14 de febrero sea un buen momento para empezar.
*Especialista en finanzas personales. Doktor Dinero
adina@doktordinero.com
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OTRAS ENTRADAS:

El buen deudor

Hay que tener siempre una buena planeación financiera, frente a épocas de "vacas flacas"

Doktor Dinero: No pretendo quejarme, pero estoy en un grave aprieto económico: Hace seis meses me quedé sin empleo y, por más que he buscado, no he encontrado nada. A pesar de que nos hemos apretado el cinturón los ahorros que teníamos están prácticamente agotados y hay gastos importantes (como la colegiatura de la escuela de los niños y pagos de ciertos préstamos personales) que ya no voy a poder solventar ¿Qué hago?

Todos estamos expuestos a enfrentar épocas de “vacas flacas” de las que, aun con la mejor antelación en la planeación financiera (tener ahorros o cuentas de emergencia), no podemos salir adelante ya sea por su severidad o por el tiempo que toma resolverla.
El problema es cuando, al llegarnos el agua al cuello empezamos a actuar de manera desesperada, la actitud más común que adoptamos es el dejar de pagar nuestras deudas o compromisos y escondernos de nuestros acreedores, en gran parte porque estamos acostumbrados a vivir en una cultura de “debo y no pago ¿y qué?” Esto no sólo es un problema ético (realmente ¿a quién le importa la ética en situaciones desesperadas?), puede tener graves repercusiones económicas como boletinaje en tu expediente de crédito, pérdida de bienes o servicios necesarios e incluso cargos mercantiles o penales.
Ante la posibilidad de empezar a deber (o aun cuando ya estás rodeado de deudas) lo que debes hacer es algo muy simple: empezar por dar la cara a tus acreedores. Aunque no lo creas, según todos los expertos y responsables de áreas de crédito y cobranza que consulté, la mejor manera de encontrar una solución a tus problemas es sentarte cara a cara con la gente a la que le debes, explicarles la situación por la que atraviesas y pactar un nuevo trato. Ciertamente ésta es una táctica que no te va a servir en todos los casos (hay gente que te va a cerrar las puertas ¡o pagas o te vas!) pero, en la gran mayoría tus acreedores van a trabajar contigo, no por ser hermanitas de la caridad sino para encontrar un camino conveniente para ambos.
Empieza por hacer una cita con cada uno de tus deudores (el director de la escuela de tus hijos, por ejemplo) y sigue los siguientes pasos. Recuerda que tu posición no debe ser ni de víctima (¡pobrecito de mí!) ni de victimario (¡o de mi modo o de ningún modo!) sino de disposición al diálogo:
1. Prepárate: Antes de sentarte con tus acreedores analiza bien “los números” (tus activos, tus deudas, tus compromisos) para que puedas tener un panorama claro de la situación que enfrentas; también haz una lista de todas las medidas y recortes de gasto que estás haciendo para enfrentar la situación.
2. Sé claro y verdadero: Empieza por plantear la situación sin rollo y en pesos y centavos, deja en claro que tu situación actual te orilla a dejar de pagar o a necesitar una reducción en los pagos pero que tu intención es arreglar las cosas para incumplir lo menos posible. No exageres tu situación plantea las cosas tal y como son; explica las medidas adicionales que estás tomando para demostrar tu seriedad y compromiso.
3. Lleva una idea de lo que quieres… Sé claro con lo que vienes a pedir. Por ejemplo para el caso de la escuela de tus hijos que es lo que necesitas ¿atrasarte en la colegiatura un par de meses o una reducción de cuotas por un año? Entre más claro seas en tu planteamiento mejor vas a poder obtener lo que requieres.
4. … pero sé flexible. No asumas que vas a conseguir exactamente lo que estás pidiendo, lo mejor que puedes esperar es que exista un compromiso de ambas partes para ayudarte a salir adelante; el mejor arreglo, el único sostenible, es el que es mutuamente benéfico.
5. No te comprometas a lo que no puedes. Si después del diálogo no consigas lo que quieres, jamás pactes un acuerdo que de antemano sabes que tampoco vas a poder solventar, aun cuando te lo presenten como tú “última opción”. Las consecuencias de no cumplir una renegociación pueden ser graves para tu patrimonio y tu persona.
6. Y después… Si eres exitoso en la negociación (consigues que te reduzcan la colegiatura o una prórroga en los pagos), mantén tu palabra a lo largo del acuerdo. Nunca busques aprovecharte del trato y procura siempre manejar la relación con seriedad. Periódicamente siéntate con tus acreedores y plantéales como va desenvolviéndose tu situación.
7. Resarce el favor. Tan pronto como tu situación mejore tu prioridad debe ser regularizar la situación. Y en el momento en que tu estés en la situación de ayudar a alguien que enfrente una época de “vacas flacas” debes recordar las atenciones que tus acreedores alguna vez tuvieron por ti.

Adina Chelminsky




Otras entradas:

Solteros, ricos y fabulosos

@CayMill* muchas felicidades para 2011 ;D esperando una publicación para los chicos solteros sin compromiso que no controlamos el $. Gracias, @GonzaloMo

Estimado @GonzaloMo:
Tienes toda la razón. La mayor parte de las publicaciones y los consejos de finanzas personales están enfocados a las parejas y a las familias.
Tal parecería que en el mundo de hoy todos, tal como en el arca de Noé, manejan en pareja el dinero. Irónicamente justo lo opuesto es cierto.
Cada vez más las personas postergan la edad de hacer pareja o, dado el creciente número de divorcios, se encuentran sin pareja y sin hijos en diversos momentos de su vida.
Aun cuando las bases del buen manejo del dinero no distingue entre sexo, estado civil, religión y predilección sexual es un hecho que para las personas solteras existen particularidades monetarias que se deben atender.
Al estar en esta situación civil y/o sentimental existen ventajas y desventajas.
Por un lado, al no tener compromisos las posibilidades de ahorrar dinero son mucho mayores, por otro lado esa misma falta de compromisos formales (con la pareja o hijos) hace mucho más fácil caer en tentaciones y lujos excesivos a costa del ahorro o del creditazo.
¿Cuáles son las armas que una persona soltera y sin compromiso que quiere ser rica y fabulosa debe tener en su mente financiera?
1. Basic Black. Así como un traje (o un vestido) negro son de rigor en cualquier guardarropa, toda persona debe tener en blanco y negro su plan de gastos.
Léase un presupuesto de cuánto vas a asignar a cada una de las áreas de tu vida. Obviamente el no tener hijos ni pareja libera una mayor cantidad de recursos para los gastos personales y de diversión pero ¡OJO! éstos no deben morder el rubro del ahorro.
Proponte metas ambiciosas de ahorro mensual.
2. Alka Seltzer. Léase, cuidado con la fiesta.
Los gastos de diversión y esparcimiento son, en la mayor parte de los casos, la debilidad más grande de los solteros.
El cuidar tus gastos de diversión no quiere decir que vivas como hermitaño en pos del ahorro simplemente que te establezcas límites de cuanto estás dispuesto a gastar en ellos.
3. Pensar en el futuro…Y no, no hablo del futuro emocional (las peticiones de abuelita de encontrar una pareja) sino en el futuro real, o sea tu retiro.
Nunca eres demasiado joven como para empezar a ahorrar para tus años dorados.
Es más entre más joven empieces a planear mejor vas a poder cumplir tus sueños en esa época.
4. Herramientas superpoderosas: Lo más importante que puedes hacer para tener una vida (y un patrimonio) sano y cada vez más fuerte y feliz es contar con dos instrumentos indispensables para protegerte de las pequeñas sorpresas de la vida.
Una cuenta de emergencia para solventar un despido del trabajo o alguna eventualidad que implique un desembolso adicional.
Y, además, un seguro de gastos médicos, indispensable para poder cuidar tu salud sin pretextos ni asegunes (si eres soltero sin compromiso, no necesitas un seguro de vida).
5. Para pensar… Por último me gustaría darte dos consejos adicionales que si bien no tienen que ver directamente con el manejo del dinero, si están muy relacionados con la capacidad de generarlo y cuidarlo.
Primero, dedica una cantidad de tu tiempo y tu dinero a seguir estudiando para mantenerte a la vanguardia en tus conocimientos y en tu vida laboral.
Segundo, al buscar y encontrar una pareja cuida desde el primer instante tener una buena comunicación financiera.
*Especialista en finanzas personales.
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Adina Chelminsky

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